Trabajadores de la ONU en Costa de Marfil hallaron los cadáveres de más de 100 víctimas de brutales matanzas, un descubrimiento que amenaza con socavar la lucha del ganador de las elecciones presidenciales Alassane Ouattara por asumir el control del país.
Su rival, Laurent Gbagbo, quedó aislado en un búnker y rodeado por un cordón militar después de buscar refugio ante el asalto de las tropas de Ouattara a inicios de esta semana.
Pero ahora Quattara parece haber decidido rodear a Gbagbo en su residencia de Abiyán, en lugar de seguir adelante en su intento por expusarlo a la fuerza, y se ha concrentrado en restaurar la normalidad en la ciudad tras semanas de enfrentamientos.
Sin embargo, su capacidad para unificar al Estado del oeste de Africa podría verse opacada por reportes de atrocidades cometidas desde que sus fuerzas - conformadas por ex rebeldes del norte - avanzaron hacia el sur hasta Abiyán, la capital comercial de Costa de Marfil, hace una semana.
La oficina de derechos humanos de Naciones Unidas dijo el viernes que encontró 115 cuerpos en el oeste en las últimas 24 horas, los cuales se agregan a las 800 personas reportadas muertas la semana pasada por grupos de ayuda.
Ouattara dijo que sus soldados habían rodeado a Gbagbo en la residencia presidencial, un giro irónico después de que el ganador de que el líder político sufriera meses sitiado en un hotel por las tropas de su rival tras los disputados comicios de noviembre pasado.
Sin embargo, testigos dijeron que en el distrito de Cocody, donde se encuentra la residencia de Gbagbo, las milicias del saliente gobernante aún circulan libremente y que se escucharon tiroteos esporádicos el viernes por la tarde.
En un discurso el jueves por la noche, Ouattara dijo que intentaría restablecer la seguridad y los servicios públicos básicos en el país tras los feroces enfrentamientos entre sus fuerzas y los defensores de Gbagbo, y trataría también de relanzar la industria del cacao del país, la mayor del mundo.
Ouattara ganó las elecciones presidenciales de noviembre por ocho puntos porcentuales, según resultados certificados por la ONU, pero Gbagbo rechazó el resultado hablando de fraude y acusó a Naciones Unidas de injerencia en los asuntos marfileños.
Las elecciones pretendían dejar atrás la guerra civil de Costa de Marfil del 2002 y 2003, pero la disputa sobre los resultados volvió a avivarla, convirtiendo de nuevo Abiyán -que supo ser conocida como "el París del oeste de Africa" - en una zona de guerra.
"Nací aquí, pero me voy y no volveré jamás", dijo Imad Zarour, de 40 años, que estaba esperando el viernes a ser evacuado en una base militar francesa.
"Incluso si hay paz, incluso si me dan 1.000 millones de dólares, nunca volveré a este país. Lo odio", apuntó.
Un comandante de la fuerza militar francesa en Costa de Marfil, Licorne (Unicornio), dijo el viernes que sus tropas llevarían a cabo patrullas conjuntas con la policía y gendarmes leales a Ouattara para restablecer la seguridad y reconstruir la infraestructura.
Ouattara añadió que esperaba relanzar el sector del cacao, el principal motor económico del país, que lleva paralizado por restricciones europeas desde enero.
"He pedido que se levanten las sanciones de la Unión Europea sobre los puertos de Abiyán y San Pedro y ciertas entidades públicas", dijo Ouattara en el discurso emitido por la televisión francesa.
"También he pedido al banco central BCEAO que reabra sus sucursales en Costa de Marfil, para garantizar una reanudación de las operaciones en todos los bancos para autorizar el pago de salarios y atrasos en el período más corto posible", dijo en la cadena de televisión LCI.
En Bruselas, la Comisión Europea dijo que esperaba poder levantar pronto las sanciones. Una fuente diplomática europea indicó que era posible llegar a un acuerdo el mismo martes.
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