Kelly Osbourne, que había declarado ante los medios de comunicación en varias ocasiones que no se sentía cómoda en trajes de baño, se dejó ver en un pequeño bikini rojo.
La cantante de 26 años, perdió 19 kilos y aseguró que lloró de alegría durante la sesión fotográfica.
“Siempre es difícil que personas del medio te digan ‘gordis’, ‘gordita’ o apodos de ese estilo. En todos los encabezados de los diferentes medios que aparecía tenían que poner algo acerca de mi cuerpo”, explicó la panelista de Fashion Police.
“Estaba acostumbrada a comer papas, galletas y gaseosas todo el día. Antes comía queso y pizza constantemente. Ahora, cuando me siento llena paro de comer. Me tomó 26 años aprender, pero valió la pena”, aseguró la cantante, según publicó Daily Mail.
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