Seis miembros de las fuerzas de seguridad filipinas murieron, otros ocho resultaron heridos y uno está desaparecido tras dos enfrentamientos con presuntos guerrilleros musulmanes en el sur del país, indicaron hoy fuentes oficiales.
El brigadier general Santiago Baluyot indicó que el primer incidente tuvo lugar ayer sobre las 19:30 hora local (11:30 GMT) en la localidad de Alicia, en la provincia de Zamboanga Sibugay -a unos 900 kilómetros al sur de Manila-, cuando hombres armados abrieron fuego contra un vehículo militar.
Tres soldados murieron en el acto, otros seis resultaron heridos y uno ha desaparecido, según el informe militar.
El segundo ataque se llevó a cabo en la localidad de Kabasalan de la misma provincia, donde tres policías murieron y otros dos resultaron heridos en una emboscada pasadas las 00:15 de hoy (18:15 GMT de ayer).
En ninguno de los ataques se han registrado por el momento víctimas en el lado de los rebeldes.
Las dos emboscadas se produjeron apenas dos días después de un ataque en que guerrilleros del Frente Moro de Liberación Islámica (FMLI) mataron a 19 soldados en la convulsa isla de Basilan, también en el sur.
Numerosos políticos filipinos reclamaron tras la matanza que el Gobierno interrumpa las negociaciones de paz con el FMLI, pero el presidente del país, Benigno Aquino, decidió seguir adelante y mantener el alto el fuego para impulsar el diálogo que comenzó en febrero.
"Tenemos que investigar lo que pasó, quién tuvo la culpa, quién cometió un abuso. La guerra ha terminado. Tenemos que conquistar la paz por completo", afirmó ayer el mandatario.
Desde que se inició el diálogo en febrero, el FMLI ha sufrido la escisión de al menos un grupo que no quiere renunciar a la independencia de la zona de influencia musulmana en el sur del archipiélago.
El FMLI nació de una escisión del Frente Moro de Liberación Nacional cuando éste aceptó negociar una solución que no fuese la independencia, y fue constituido formalmente en 1984.
La organización cuenta con unos 12.000 militantes y es el mayor grupo separatista de Filipinas.
Casi cuatro décadas de conflicto étnico, religioso y tribal han ocasionado miles de muertos de los dos bandos y cerca de dos millones de refugiados en una de las áreas más pobres del archipiélago.
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