Sólo tres meses y 12 días alcanzó a regir el horario de invierno en el país, ya que a la medianoche de hoy los relojes debieron adelantarse en una hora, de las 00:00 a las 01:00 del domingo, para así entrar de lleno al horario de verano. La medida implica que los chilenos seremos privados de una preciada hora de sueño, lo que generará consecuencias que se mantendrán durante algunos días.
Para la doctora Julia Santin, directora del Centro del Sueño de Red Salud UC, lo más importante es que las personas tomen esta modificación horaria con mucha tranquilidad. En otras palabras, no estar pensando durante todo el día domingo que la noche anterior se descansó una hora menos. "La adaptación es natural y es rápida", asegura, y agrega que en el común de la gente se produce en dos o tres días como máximo.
La especialista también aconseja no consumir bebidas que contengan cafeína para luchar contra la somnolencia que seguramente se sentirá ese día. "El café tiene una vida media que es de tres horas y media hasta siete horas, y eso puede hacer que se retrase el inicio del sueño. Entonces, las personas otra vez se van a quedar dormidas tarde y al día siguiente van a volver a estar cansadas", explica Santin.
También es importante renunciar a tomar la siesta para "recuperar" la hora de sueño perdido, ya que dormir durante el día hace que el cansancio en la noche sea menor. Según la directora del Centro del Sueño UC, lo correcto es pensar que la somnolencia va a ayudar a conciliar el sueño por la noche y, además, a aumentar la cantidad de sueño profundo, lo que finalmente contribuirá a que el cuerpo se adapte al nuevo horario.
"Hay que dejar que pase la somnolencia para que dé sueño, se duerman las horas correspondientes y así al segundo o tercer día las personas ya estén bien", sostiene la especialista, quien además recomienda acostarse por sueño y no por horario, mantener el dormitorio como lugar exclusivo para dormir y evitar trasnochar.
Santin agrega que los niños requieren una especial atención, ya que ellos tienden a seguir con el mismo ritmo anterior al cambio de horario. Así, el papel de los padres debe ser establecer límites claros, para que sus hijos no se queden "pegados" a los videojuegos, al computador o a la televisión. "El estímulo lumínico bloquea la melatonina, lo que hace que las personas se queden dormidas más tarde", explica la directora del Centro del Sueño UC. De ahí la importancia del control de los adultos.
En el caso de las personas mayores, como están acostumbradas a levantarse y a acostarse muy temprano, el cambio de hora sólo les afectará en el sentido de que tanto el inicio como el término de su jornada se retrasarán en una hora. De esta manera, si suelen dormir de 21:00 a 05:00 horas, con el horario de verano dormirán de 22:00 a 06:00 y así su horario será más acorde al del resto.
Trastornos del sueño
Quienes sí deben tener cuidado con la modificación horaria son aquellas personas que sufren de insomnio o del denominado Síndrome de Fase Retrasada del Sueño, que corresponde a quienes tienen la tendencia a quedarse dormidos y despertar más tarde que los otros.
A este tipo de personas Julia Santin les aconseja controlar todo lo que tenga que ver con estímulos lumínicos y, a la vez, "desconectarse" dejando su teléfono celular apagado, por ejemplo.
"En ellos se puede demorar un poco más el proceso de adaptación, pero de todas maneras se va a producir", asegura la especialista.
Un caso aparte son quienes sufren de apnea, los que normalmente sufren de somnolencia sin importar si la hora cambia o no. Por esta razón, dormir una hora menos sin duda les afectará y es probable que durante todo el día domingo sientan sueño. Para ellos la recomendación es tener precaución y evitar realizar actividades para las que se necesita plena atención, como por ejemplo conducir.
La especialista también aconseja no consumir bebidas que contengan cafeína para luchar contra la somnolencia que seguramente se sentirá ese día. "El café tiene una vida media que es de tres horas y media hasta siete horas, y eso puede hacer que se retrase el inicio del sueño. Entonces, las personas otra vez se van a quedar dormidas tarde y al día siguiente van a volver a estar cansadas", explica Santin.
También es importante renunciar a tomar la siesta para "recuperar" la hora de sueño perdido, ya que dormir durante el día hace que el cansancio en la noche sea menor. Según la directora del Centro del Sueño UC, lo correcto es pensar que la somnolencia va a ayudar a conciliar el sueño por la noche y, además, a aumentar la cantidad de sueño profundo, lo que finalmente contribuirá a que el cuerpo se adapte al nuevo horario.
"Hay que dejar que pase la somnolencia para que dé sueño, se duerman las horas correspondientes y así al segundo o tercer día las personas ya estén bien", sostiene la especialista, quien además recomienda acostarse por sueño y no por horario, mantener el dormitorio como lugar exclusivo para dormir y evitar trasnochar.
Santin agrega que los niños requieren una especial atención, ya que ellos tienden a seguir con el mismo ritmo anterior al cambio de horario. Así, el papel de los padres debe ser establecer límites claros, para que sus hijos no se queden "pegados" a los videojuegos, al computador o a la televisión. "El estímulo lumínico bloquea la melatonina, lo que hace que las personas se queden dormidas más tarde", explica la directora del Centro del Sueño UC. De ahí la importancia del control de los adultos.
En el caso de las personas mayores, como están acostumbradas a levantarse y a acostarse muy temprano, el cambio de hora sólo les afectará en el sentido de que tanto el inicio como el término de su jornada se retrasarán en una hora. De esta manera, si suelen dormir de 21:00 a 05:00 horas, con el horario de verano dormirán de 22:00 a 06:00 y así su horario será más acorde al del resto.
Trastornos del sueño
Quienes sí deben tener cuidado con la modificación horaria son aquellas personas que sufren de insomnio o del denominado Síndrome de Fase Retrasada del Sueño, que corresponde a quienes tienen la tendencia a quedarse dormidos y despertar más tarde que los otros.
A este tipo de personas Julia Santin les aconseja controlar todo lo que tenga que ver con estímulos lumínicos y, a la vez, "desconectarse" dejando su teléfono celular apagado, por ejemplo.
"En ellos se puede demorar un poco más el proceso de adaptación, pero de todas maneras se va a producir", asegura la especialista.
Un caso aparte son quienes sufren de apnea, los que normalmente sufren de somnolencia sin importar si la hora cambia o no. Por esta razón, dormir una hora menos sin duda les afectará y es probable que durante todo el día domingo sientan sueño. Para ellos la recomendación es tener precaución y evitar realizar actividades para las que se necesita plena atención, como por ejemplo conducir.
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