La sonda Messenger de la Nasa, la primera nave que orbita Mercurio desde hace tres meses, ha entregado nueva información sobre el planeta más cercano al Sol, que ha sorprendido a los científicos a cargo del proyecto.
"Es casi un planeta nuevo porque nunca hemos tenido esta clase de observatorio antes", dijo Sean Solomon, que lidera la investigación, de la Institución Carnegie de Washington.
Por ejemplo, entre las primeras observaciones hay fotografías de grandes llanuras que posiblemente sean el resultado de presunta actividad volcánica y que ocupan una superficie que equivale a la mitad de Estados Unidos continental, explicó Brett Denevi del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins.
Otra sorpresa fue el campo magnético asimétrico, que es más fuerte en el norte que en el sur. Los científicos aún no pueden explicar la asimetría, pero una teoría es que el campo magnético del planeta se encuentra en el proceso de inversión.
Además, el mapeo topográfico de Mercurio muestra profundos cráteres cerca de los polos, donde durante mucho tiempo se supuso podría haber almacenado agua en forma de hielo.
Si bien son profundos y suficientemente oscuros como para contener hielo, es prematuro decir que haya verdaderamente agua en el planeta, indica la Nasa. Determinar esto es uno de los objetivos de lo que resta de la misión.
Los astrónomos sostienen que con el estudio de Mercurio obtendrán nuevos conocimientos acerca de cómo se formaron los planetas rocosos, similares a la Tierra, y cómo se desarrollaron bajo diferentes condiciones.
Messenger (acrónimo de la misión Mercury Surface, Space Environment, Geochemistry & Ranging), entró a la órbita del planeta a mediados de marzo, tras recorrer 7,9 millones de kilómetros.
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