domingo, junio 05, 2011

El manual para actuar en la red sin convertirse en troll

SANTIAGO.- Internet parece el sitio democrático por excelencia. Entre sus variadas redes sociales y sitios de discusión, personas de todo el mundo navegan y tienen la posibilidad de seguir los comentarios de su intelectual o artista favorito, escribirle un mail y hasta discutir con él en un foro.

Pero así como millones de personas pueden dar a conocer su opinión acerca de determinado tema, de vez en cuando, se ve aparecer uno que otro comentario que parece expresar la más cruda sinceridad sin censura de quien lo emite. Para ser más claros, basta recordar lo lapidarios que fueron algunos post hacia Juana Viale, al destaparse su affair con un ex ministro argentino, engañando al actor chileno Gonzalo Valenzuela, y luego, las frases que afirmaban que “se lo merecía”, cuando la pareja perdió el hijo que esperaban, acompañado de varios calificativos a la mujer que aún se encontraba hospitalizada tras el triste desenlace de su embarazo.

En otras ocasiones, las opiniones van más allá de la mera noticia, y varios usuarios aprovechan la libertad de la web para dar su opinión tajante acerca de la persona que escribe una columna o es foco de la noticia, y donde “vale callampa” es lo más suave que se puede encontrar entre este tipo de post, a veces también cargados de palabras racistas o clasistas.

Pero esto no sucede solo en Chile. Se trata de un fenómeno global, como lo asegura el sociólogo y profesor del Instituto de Sociología de la PUC, René Ríos, quien tiene entre sus temas de estudio el de las redes sociales. El experto explica que los orígenes de este comportamiento se pueden hallar en los inicios del email, con lo que se llamó “flaming”, por el acto de “entrar en llamas”.

“Describe una conducta en que por suponer que se está en anonimato, o que al no interactuar cara a cara, relaja ciertas normas de etiqueta o buenos modales y consiste en ataques verbales”, explica Ríos.



Como él, el español Javier de Rivera, quien realiza actualmente una investigación de “Sociología y redes sociales”, explica que en su país la tónica es más o menos la misma, donde “la gente no pone su verdadera identidad en Facebook, por lo que tiene vía libre para decir lo que quiera”, y comenta que el gran tiempo invertido en internet al día, es otro de los factores que hacen que las personas se involucren más con los temas de conversación que en ella se encuentran, sobre todo si la intensidad de la conversación es alta. “Se pierde un poco el freno. Es decir, se desinhiben y acaban sacando lo primero que piensan sin reflexionarlo mucho”.

Creadores mediáticos v/s simples criticones
Otra de las jergas nacidas con internet y que pueden describir el comportamiento extremadamente desenfadado de algunos usuarios es el de “troll”. Éste se refiere al tipo de personas que en un foro de discusión, arremete con un comentario que espera provocar al resto de los participantes. 



Trolls los hay de todo tipo. Están aquellos que en un foro de salud, interrumpen con una pregunta fuera de lugar, al estilo de “¿alguien sabe dónde puedo bajar la última canción de Chayanne?”, hasta los más osados que disparan sus insultos, o comentarios tan controvertidos que darán inicio a un flamewar, una lucha de post, a veces subidos de tono.

“No hay explicaciones basadas en investigaciones empíricas (de por qué las personas se comportan así). (Pero) la respuesta va por la conducta bajo condiciones de anonimato que no tiene represalias o costos directos”, señala el experto, quien menciona que, a lo más, los, entre comillas, castigos sociales que puede tener tal comportamiento pueden ser otro comentario peyorativo en su contra o la exclusión del foro. “Y todo ello tiene costos muy bajos”.

¿Qué sucede detrás de estos comportamientos? Según explica Ríos, la motivación que probablemente se esconde en estas conductas es la “sensación de impunidad” que otorga el anonimato de internet, sumado a otros factores como “frustraciones, resentimientos o similares procesos que gatillan una conducta vengativa u ofensiva”. 

Por su parte, De Rivera menciona “esa sensación de hablar en público, de emitir ‘comunicación social’ o pública”, señalando que los usuarios de la web se convierten en “creadores mediáticos”, lo que da cierta idea de poder al creer que los comentarios emitidos podrían influenciar al resto. 

“Esto funciona como un incentivo para animar a la gente a hablar. Y bueno, muchas personas son tan infelices en sus vidas que encuentran placer en criticar y meterse con los demás”, explica.



Netiqueta básica
Ya en el año 1994, y consciente del nuevo espacio de comunicación que la red supone en la vida diaria de la gente, Virginia Shea publicó su libro “NETiquette”, acerca de lo que se conoce en español como “netiqueta”, o las buenas costumbres en la red.

Aquí, su autora estableció diez reglas básicas para afinar los modales virtuales.

1.- Recuerde al humano: “Trata de no herir los sentimientos de la gente (...) Cuando mantienes una conversación online –por intercambio de email o en una discusión grupal-  es fácil malinterpretar a su interlocutor. Y es horriblemente fácil olvidar que él es una persona con sentimientos más o menos como tú”, dice Shea, quien recuerda un buen consejo: cuando se esté a punto de mandar un mail o dejar un post, piense si le diría a su destinatario lo mismo, pero a la cara. Si la respuesta es negativa, reescriba y revise su texto.

2.- Cuando esté online, cumpla los mismos estándares de comportamiento que sigue en la vida real: Shea explica que las normas pueden ser diferentes en internet que en la vida cara a cara, pero no por eso deben ser más bajas. “Tal vez porque a veces la gente se olvida que hay un ser humano al otro lado de la computadora, piensan que es aceptable en el ciberespacio un menor nivel ético”, dice.

3.- Sepa dónde está: Algunas formas de comunicarse pueden ser bien aceptadas en ciertos sitios, mientras que en otros, se puede interpretar como una conducta grosera. Se debe dar el tiempo de conocer la página en la que se escribirá y conocer el tipo de personas y contenido que hay en ella.

4.- Respete el tiempo y el ancho de banda de los otros: Aquí, la autora se refiere a ser consciente que usted no es el centro del ciberespacio. Revise si el texto que envió por mail o dejó en un foro no es demasiado largo como para hacer perder tiempo a los demás, leyéndolo. Y en eso, incluye las cadenas que se envían a diez o veinte personas, quienes varias pueden encontrar absolutamente inútil la información que les manda, por mucho que San Expedito prometa el amor si envía a 10 amigos el mismo mail. En cuanto a los grupos de discusión, no espere que le respondan al tiro. Sea paciente.

5.- Preocúpese de cómo se ve en línea: Gracias a internet, hoy se tiene la libertad de comunicarse con otras personas sin importar lo mal vestido que se anda, algún defecto físico y la timidez. Pero, por lo mismo, es importante la manera en que se expresa. La ortografía, pasa a ser nuestra carta de presentación y la claridad de nuestros comentarios nos ayudarán a compartir de mejor forma nuestras opiniones.

6.- Comparta sus conocimientos: No es necesario recordar que internet fue creado por un grupo de personas que querían intercambiar información, para saber que hoy es el lugar idea para hacerlo; llega a millones de personas y es instantáneo. Es por esto que Shea hace un llamado a compartir los datos que pueden ser útiles a otras personas. Hoy existen, además de foros, múltiples sitios dedicados exclusivamente para hacer preguntas y que otros usuarios aporten con su grano de arena a aclarar las dudas.

7.- Ayuda a mantener un flamewar bajo control: Shea pide a los usuarios de foros evitar la perpetuidad de estos mensajes aireados en grupos donde el resto se queda mirando cómo dos o tres personas discuten. Pueden ser entretenidos en un comienzo, pero tienden a aburrir.

8.- Respete la privacidad del resto: Al igual como lo haría en la vida real, no lea correos ajenos ni intente ingresar en cuentas que no le pertenecen.

9.- No abuse de su poder: Si usted conoce más de sistemas computacionales e incluso los administra, no tiene el derecho a leer información privada del resto, como su correo.



10.- Perdone los errores del otro: Si alguien escribe con errores ortográficos o da una respuesta, tal vez, alejada de la información real, trate de no exaltarse y sea amable. Puede mandar un mail privado y de manera agradable hacerle ver su error.

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