Javiera Acevedo "Yo rezaba para no morirme"
"Era plena semana festivalera cuando fue el terremoto", recuerda Javiera Acevedo, quien estaba en Viña del Mar el día de la tragedia.
"Esa noche me fui a una fiesta privada en la Gran Casona, donde tocó Miranda. Estaba con mi novio y mi hermano, y justo cuando fui al bar a buscar un trago, empezó a temblar. Salí corriendo a buscar a mi pareja, nos abrazamos y yo rezaba para no morirme y para que no me cayera algo en la cabeza, porque esa casa era antigua, tenía unas tremendas lámparas", cuenta la panelista de Así Somos. Y menciona que cuando terminó el movimiento telúrico, se fue al hotel donde se hospedaba para tranquilizarse. "Pero no había luz ni nada, parecía que estábamos solos en el mundo, completamente desconectados", lamenta. "Auque en ningún momento pensamos en correr al cerro, porque donde estábamos era seguro", remata.
"Esa noche me fui a una fiesta privada en la Gran Casona, donde tocó Miranda. Estaba con mi novio y mi hermano, y justo cuando fui al bar a buscar un trago, empezó a temblar. Salí corriendo a buscar a mi pareja, nos abrazamos y yo rezaba para no morirme y para que no me cayera algo en la cabeza, porque esa casa era antigua, tenía unas tremendas lámparas", cuenta la panelista de Así Somos. Y menciona que cuando terminó el movimiento telúrico, se fue al hotel donde se hospedaba para tranquilizarse. "Pero no había luz ni nada, parecía que estábamos solos en el mundo, completamente desconectados", lamenta. "Auque en ningún momento pensamos en correr al cerro, porque donde estábamos era seguro", remata.
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Pablo Mackenna: "Son imágenes que quedan grabadas para siempre en la mente"
""Estábamos haciendo un reportaje sobre pesca artesanal en Lebu, para el programa La Liga. Se suponía que deberíamos haber vuelto al puerto en la madrugada del 27 de febrero, pero corrió viento norte, se cruzaron las redes y eso hizo que nos volviéramos antes" recuerda Pablo Mackenna, quien la noche del terremoto se encontraba en Chillán, luego de grabar algunas imágenes para el espacio de Mega. "Tuvimos mucha suerte", recalca el ex animador de CQC, agregando que "fue una suerte general, porque gracias a que corrió viento norte en toda la zona, todas las lanchas se tuvieron que devolver, de lo contrario, habrían habido muchas muertes más". "Terminamos antes el reportaje y yo me fui a la casa de unos amigos en Chillán para, al día siguiente, tomar el avión a Santiago desde Concepción", cuenta Mackenna. "Cuando empezó el terremoto, estaba en una discoteque, y por eso al principio no sentí mucho, estaba bailando. Pero después me di cuenta de la magnitud del temblor, se sintió muy fuerte", añade. Y destaca que tras el sismo, logró comunicarse con su familia en Santiago y comprobar que estaban bien. Luego, partió rumbo a Talcahuano para reportear lo que había pasado. "Algo me movió, lo hice bastante inconsciente, de hecho, la plata que tenía se la pagué al tipo del taxi que me llevó y cuando llegué, me di cuenta de que no tenía más efectivo, de que no funcionaban los bancos y que no tenía teléfono", lamenta. "Me quedé allí hasta que llegó mi equipo tres días después. Tenía una cámara chica con sólo media hora para grabar y no tenía plata, a si que tuve que vivir un poco de la caridad de la gente que me dio de comer y tuve que dormir en la calle", agrega. Y concluye: "Son imágenes que quedan grabadas para siempre en la mente".
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Julián Elfenbein: "Más que entrar en pánico, pude mantener la calma"
"Esa noche estaba en Santiago, en una comida con mujer y por suerte, media hora antes del terremoto, llegamos a la casa. Mis hijos estaban acostados", recuerda Julián Elfenbein sobre la noche de la tragedia que el pasado 27 de febrero afectó la zona centro sur del país. "Generalmente no le temo a los temblores y nunca me paro, pero esta vez, cuando vino más fuerte, decidí sacar a toda mi familia al jardín", agrega el animador que en noviembre llegó a acuerdo con TVN para reincorporarse al canal. "Tenía una radio a pilas que casualmente me había dejado mi padre, que había fallecido una semana antes. Era una radio muy antigua, pero gracias a eso me pude mantener informado sobre lo que estaba pasando. Este tipo de situaciones generan mucha curiosidad y como no había luz, agradecí este tipo de aparatos", cuenta. Y añade que tras el sismo, permaneció toda la noche escuchando las noticias y haciendo guardia mientras su familia dormía. "Al día siguiente, bien temprano, me puse en contacto con el cana -Chilevisión- para estar al servicio de lo que ellos necesitaran", comenta, concluyendo que "tengo harta conciencia de que vivimos en un país donde vamos a tener estos episodios cada cierto tiempo, por lo tanto, más que entrar en pánico, pude mantener la calma".
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Fernando Godoy: "Lloré harto"
El actor Fernando Godoy vivió el terremoto del pasado 27 de febrero en una discoteque en Viña del Mar, junto a su polola de entonces. "Iba subiendo al segundo piso del lugar cuando empezó todo. No sé si logré presentir lo que iba a pasar o ya estaba temblando, pero alcancé a tomar la decisión de bajar las escaleras y evacuar", recuerda Godoy, mencionando que "los iquiqueños llevamos los temblores en la sangre, por eso en cierto modo, presentimos cualquier sismo y al más mínimo movimiento, nos ponemos en algún lugar seguro". "Traté de llegar a la puerta del pub y mientras avanzaba, me caí al suelo. Logré salir del lugar y cuando estaba afuera, me sorprendió ver a los autos que se movían como en las películas. "Cruzamos a una plaza que estaba frente al local mientras yo trataba de calmar a mi novia, pero después de dos minutos empecé a gritar 'nos vamos a morir' y una cantidad de garabatos, porque la imagen era terrible. Veíamos como se movían los edificios, como explotaban los faroles de la calle, los cables que se cortaban, los autos que chocaban, la gente que se tiraba de los segundos pisos desde los otros pubs, y la sensación de que era imposible mantenerse de pie. Fue una verdadera película", cuenta. "Cuando estaba terminando el terremoto, alcancé a enviar un mensaje desde mi teléfono a mi familia en Iquique, avisándoles de que estaba bien. Después se cortó la luz y comenzaron los accidentes, le pregunté a Carabineros si sabían algo, pero estaban igual de asustados que nosotros. Entonces corrí a la playa para medir el mar y luego avisarle a la gente sobre cómo se estaba comportando la marea. Fui en tres oportunidades para ver si se recogía", relata la figura de Mega, argumentando que "soy bombero y me gusta hacer un poco de superhéroe". "Después de una hora, noté que el mar retrocedió, entonces les dije a todos que yo pensaba que era mejor irse, alejarse de la playa por cualquier cosa", añade. "Me fui a la casa de un amigo y en el camino, por la radio, me enteré de que el epicentro no había sido en Viña sino que en Concepción. En ese momento me largué a llorrar terriblemente, pensaba que si el terremoto había sido en otra parte, lo que viví yo había sido nada en comparación a esa gente que sí estaba en el lugar de la tragedia. Además yo tengo familia y amigos en Concepción, y por eso me asusté bastante. Lloré harto, me costó tres meses recuperarme del terremoto y estuve un mes sin poder subir a mi departamento, en el piso once. Claramente quedé medio traumado", relata. Y concluye que "el sismo me deja como experiencia que siempre debo tener un bolso con alimentos no perecibles, velas, fósforos, radio, pilas, una linterna y algo de ropa".
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Marcela Vacarezza: "No lo encontré tan fuerte"
"La noche del terremoto estábamos en Viña, en el Hotel Sheraton Miramar", recuerda Marcela Vacarezza, quien horas antes de la tragedia había estado en la Quinta Vergara viendo el show de Ricardo Arjona con su marido, Rafael Araneda. "Cuando llegamos al hotel, el 'Rafa' se quiso quedar en el bar, en el primer piso, y yo subí a la pieza. Me estaba quedando dormida cuando empezó el temblor", cuenta la panelista de SQP, destacando que "él (Araneda) pasó el terremoto por su cuenta y yo por la mía". "No lo encontré tan fuerte eso sí, porque el hotel está arriba de las rocas, y por lo mismo, creo que respondió muy bien al terremoto. Cuando paró decidi bajar porque se empezaron a prender luces en el techo, y además se escuchaban gritos que decían que había que salir", añade. Y recalca: "Yo no lo viví tan fuerte como otra gente, pero de todas manera con Rafael decidimos irnos a Agua Santa. Subimos en auto y pusimos un rato la radio, y lamentablemente, al igual que muchas otras personas, escuchamos el mensaje de la Presidenta que llamaba a regresar a las casas", menciona. "Después de unas horas volvimos al hotel y al día siguiente partimos temprano a Santiago, donde estaban nuestros hijos", remata.
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Leo Rey: "Pensé que me iba a morir"
El cantante Leo Rey estaba justo analizando el show que esa noche había presentado junto a La Noche en la penúltima jornada del Festival de Viña del Mar, cuando comenzó el terremoto. "Estaba en mi pieza, en el Hotel Sheraton Miramar, cuando sentí el temblor. Estaba viendo mi actuación cuando de pronto se cortó la luz y empezó el pánico", recuerda el intérprete, agregando que inmediatamente "decidí salir de mi habitación y correr por el pasillo". "Pensé que me iba a morir porque temblaban todos los vidrios, traté de ayudar a la gente avisándoles de que salieran por la puerta de emergencia. Y recuerdo que de puro miedo salté como dos metros de un piso a otro, para poder salvarme. Fue tremendo, uno de los miedos más granes que he tenido", cuenta, mencionando eso sí, que nunca pensó en correr a los cerros. "Mi primera reacción fue llamar a mi familia. Después tomé mi auto y viajé hasta Limache, donde estaba mi mamá".
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María José Prieto: "Estaba embarazadísima"
"Estaba embarazadísima", cuenta María José Prieto refiriéndose a la noche del terremoto, el pasado 27 de febrero. "Estaba en mi semana 38 y Cristián (Campos) estaba en Viña lanzando la teleserie Feroz", recuerda la actriz. "Yo estaba en Santiago con mi amiga Aranzazu Yankovic y menos mal que Cristián decidió volver esa noche", agrega. "El terremoto nos pilló en el departamento, en el segundo piso. Lo primero que hice en ese minuto fue afirmar una tele grande muy antigua, además de mi guata. Cristián se desesperó porque no podía creer que yo estaba preocupada de que las cosas no se cayeran, pero lo que pasa es que en un segundo piso se siente bastante más leve que en los pisos mas altos", menciona. "Cuando terminó, salimos a la calle en pijama y así conocimos a todos nuestros vecinos", relata. Y detaca: "Yo me entrego cuando suceden ese tipo de situaciones, no le tengo fobia a los temblores como otras personas, por eso estaba tranquila. Pero cuando pasó todo y me fui a acostar, pensé que la Julieta iba a nacer en cualquier momento, estaba súper inquieta. Por suerte se calmó cuando le puse música. Una semana después, nació".
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Tonka Tomicic:
"La experiencia que puedo tener yo es una anécdota comparada con todo lo que le tocó vivir a algunas personas", analiza Tonka Tomicic sobre el terremoto del pasado 27 de febrero, recordando que esta noche "estaba en el Hotel Sheraton Miramar cuando comenzó el temblor y desperté con el movimiento". "Al principio estaba tranquila, pero llegó un minuto en el que el temblor pasó los límites de ser un simple sismo y se convirtió el algo mucho más fuerte. Uno suele pensar en que eso no va a suceder y creo que eso era lo que yo estaba esperando en ese momento", relata. "Pero cuando nos dimos cuenta de que era más fuerte, pensamos 'hasta aquí no más llegamos'", cuenta. "Nos quedamos más tranquilos cuando nos dijeron que la Armada había descartado la posibilidad de un tsunami, aunque la página de la BBC decía que sí había alerta de maremoto. Pero uno confía en las autoridades y por eso no corrimos a los cerros", explica la animadora.
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María Eugenia Larraín: "Vivir desde afuera una situación así, da mucha impotencia"
La modelo María Eugenia Larraín no estaba en el país la madrugada del 27 de febrero, "estaba en México, en Playa del Carmen", cuenta, lamentando no haber estado con su familia la noche del terremoto. "Esa mañana amaneció mi celular muerto, pero jamás me imaginé que había pasado algo en Chile, lo atribuí a problemas en la empresa telefónica", explica la maniquí. "Fue cuando fui a tomar desayuno, cuando vi las imágenes de la tragedia en la televisión. En ese momento, se me cayeron las lágrimas, no podía creer lo que estaba sucediendo en mi país", recuerda, recalcando que habría preferido estar en Santiago junto a sus padres y no en el extranjero. "Todos me dicen 'oye de la que te salvaste', pero creo, de todo corazón, que hubiese dado cualquier cosas por haber pasado el terremoto junto a mi familia. Estuve más de doce horas sin poder comunicarme con nadie, estaba todo cortado, no funcionaba internet, fue terrible. Creo que han sido las horas más largas de mi vida, uno se imagina lo peor", relata. "Además, era imposible regresar porque el aeropuerto estaba cerrado, y eso me provocaba más desesperación", lamenta. Y remata: "Cuando supe que mi mis cercanos estaban todos bien, me empecé a tranquilizar, pero vivir desde afuera una situación así, da mucha impotencia, porque no puedes hacer nada para ayudar".
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Luis Jara:
La noche del terremoto, el cantante Luis Jara vivió una de las situaciones más terribles de su vida. Así lo confesó el propio artista, porque la madrugada del 27 de febrero estaba lejos de sus tres hijos, quienes se encontraban veraneando en Pingueral, a metros de Dichato. "Estaba en mi departamento en Viña, en el piso diecisiete, junto a mi señora. Estaba terminando un verano intenso y nos disponíamos a partir el día 28, a viajar a Concepción para ir a buscar a nuestros niños", cuenta Jara. "Cuando pasó el temblor, lo primero que hicimos fue agradecer que nuestros hijos no hayan estado con nosotros. Lo peor vino después, cuando nos enteramos de que el epicentro había sido en Concepción, en Dichato", recuerda. "Fue atroz, porque durante tres días no supimos de ellos, y tampoco podíamos viajar porque las carreteras estaban cortadas. Por suerte, logré subirme a un helicóptero del canal (Mega) que iba a captar imágenes, y pude encontrarme con ellos y constatar de que estaban bien", menciona, agregando que "nuestros hijos pasaron tres noches con mis suegros durmiendo en una camioneta, en un cerro". "Esas 72 horas sin tener idea de mis niños fueron las más angustiosas de mi vida, el hecho de no saber dónde están tus hijos o si están bien o mal, es terrible. Por eso cuando los vi, los abracé y no los quería soltar", remata.
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