Ahora que las aguas comenzaron a bajar, los habitantes de la tercera mayor ciudad de Australia, observan conmovidos la devastación que causaron las inundaciones que cubren un territorio de tamaño similar a Alemania y Francia juntas. La gobernadora de Queensland Anna Bligh comparó la magnitud del desastre con la secuela de una guerra.
Queensland está tambaleante esta mañana tras el peor desastre natural de nuestra historia y posiblemente de la historia de nuestra nación", manifestó la gobernadora Anna Bligh, visiblemente conmovida."Hemos visto a tres cuartos de nuestro estado afectado por la devastación de las violentas aguas y ahora enfrentamos la tarea de una reconstrucción de proporciones similares a la posguerra", agregó.
Según Nick Bryant, corresponsal de la BBC, 25.000 hogares permanecen sumergidos y 30 suburbios han sido golpeados. La misma fuente dijo que las inundaciones han dejado devastado los sectores de minería y agricultura.
El mismo medio informó que muchos supermercados en la ciudad han sido despojados de los suministros, mientras que varios recolectores de basura y servicios de autobuses se han detenido. Más de 100.000 propiedades tenían su corte de energía para reducir el riesgo de electrocución.
Al menos 61 personas siguen desaparecidas, la mayoría en el área de Toowoomba, ciudad al oeste de Brisbane arrasada por torrentes de agua que barrieron vehículos, señales de caminos y personas. Catorce personas murieron allí, incluidas dos cuyos cadáveres aparecieron el jueves.
La policía continúa el labor de rescate en las áreas del valle de Lockyer después que un torrente de agua arrazó el territorio el lunes pasado.
El alcalde de Brisbane, Campbell Newman cooperó con las labores. "Debemos retirar los escombros, una enorme tarea para la que necesitamos muchos voluntarios", advirtió. "Quien tenga una carretilla y esté disponible, que se apunte", pidió Newman. Poco después ya había un ejército de voluntarios.
Desde noviembre los muertos suman 26 y los expertos calculan que el daño para la economía australiana será superior al que provocó en 2005 el huracán Katrina en Estados Unidos. Esto se traduce, según estimaciones de economistas a unos 20.000 millones de dólares y que las caídas de la producción harán que se pierdan otros nueve millones de dólares.
El vicecomisionado de policía Ian Stewart advirtió que el número de víctimas podría aumentar conforme las cuadrillas de rescate llegaran a áreas más devastadas. "Tenemos que prepararnos para más malas noticias", dijo.
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