Los socorristas detectaron fuertes concentraciones de gas en la que consideran es la zona donde los 29 mineros permanecen atrapados desde el viernes en la mina de carbón de Pike River, en Nueva Zelanda.
Así lo informó la policía, que confirmó que la esperanza de hallar vivos a los mineros se debilita, mientras los robots exploran las galerías y analizan el ambiente en busca de señales de vida.
Dos de los robots ya avanzaron alrededor de un kilómetro horizontalmente en varias direcciones, mientras se prepara un tercero llegado de Australia, más avanzado y poderoso.
Según la policía, aún es demasiado peligroso enviar socorristas a interior de la mina porque el riesgo de provocar explosiones ante la presencia de gas metano es muy alto.
"Hasta que el ambiente no esté estable, no descenderá nadie", aclaró el comandante de la policía, Gary Knowles, pese a las presión de los familiares, que exigen el rápido envío de socorristas al interior de la mina.
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