La escalada de tensión internacional sobre Corea del Norte subió ayer un peldaño más con el bombardeo por parte del Ejército norcoreano de la isla Yeonpyeong, situada en aguas disputadas por las dos coreas pero que forma parte de Corea del Sur.
Medio centenar de proyectiles cayeron sobre la isla de Yeonpyeong, de un millar de habitantes, provocando la muerte de dos soldados surcoreanos e hiriendo a otras 15 personas. Seul decretó el estado de alerta militar tras el ataque en el Mar Amarillo, una región en disputa entre ambas cireas y que ha sido escenario de incidentes similares en el pasado.
Varias decenas de proyectiles de artillería lanzadas desde Corea del Norte provocaron la reacción inmediata de la comunidad internacional.
La Casa Blanca condenó lo sucedido, al igual que las autoridades británicas, alemanas, francesas, la UE y la OTAN. El Kremlin mostró su preocupación, al igual que China, que instó a ambas partes a a actuar en favor de "la paz".
No obstante, las advertencias no amedrentaron a Pyongyang, que denunció que su bombardeo fue la respuesta a disparos surcoreanos y amenazó con nuevos ataques "despiadados".
No hay comentarios:
Publicar un comentario