En un comunicado, la iglesia informó que la investigación fue iniciada "en respuesta a la inquietudes en el interior de la diócesis", aunque no ofreció mayores detalles sobre la naturaleza de las críticas ni si se trata de hechos del pasado o de la actualidad.
La investigación fue confiada a un obispo y un abogado, quienes analizarán "las disposiciones actuales sobre la protección a la infancia", y deberán "hacer recomendaciones" en un informe que deberá ser conocido en febrero de 2012.
De acuerdo con el periódico británico "The Times", dos religiosos se encontrarían en el centro del escándalo.
El primero actuó como vicario hasta 2007 en Bexhill-on-Sea, en la diócesis de Chichester, y ya había sido objeto de quejas sobre pedofilia una década antes y llegó a ser arrestado por abusos sexuales con dos niños.
El otro religioso oficiaba en Brade, en la misma diócesis, y fue acusado por un hombre de haber abusado sexualmente a su hijo, de acuerdo con el diario.
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