viernes, noviembre 11, 2011

Resurrección del menor Minhaj en Somalia conmociona al mundo


El niño "rostro de la hambruna" pesaba a los siete meses de vida 3 kilos. Médicos del mayor campo de refugiados en Kenia le salvaron la vida tras cuatro meses de cuidados.

En julio de este año, los médicos de la Unicef que llegaron al campo de refugiados capturaron fotografías del  pequeño Minhaj que tenía siete meses de vida y pesaba 3,1 kilogramos. Las imágenes dieron la vuelta al mundo e incentivo a las organizaciones a seguir con más fuerzas las campañas en contra la hambruna que se vive en Somalia.


Al momento de ser fotografía el estado del menor era impresionante, su rostro era rostro avejentado, por sus bracitos de alfiler, que apenas tenían fuerza para levantarse y por aquellos ojos enormes, resaltones dentro de una cara exangüe, que parecían ser la única prueba de una vida que casi ya no estaba.

Minhaj fue atendido a tiempo en un hospital del campo de refugiados Dadaab -el más grande del mundo, en Kenia-, y pocos le dieron esperanzas de vida. Aún así, el niño recibió tres transfusiones de sangre y fue alimentado de manera intensiva. Parte fundamental de su dieta fue una pasta de cacahuete rica en vitaminas. Después fue tratado de tuberculosis y, finalmente, tres meses después, pudo salir del hospital con cuatro kilos más.

Minhaj tuvo suerte porque las imágenes de su cuerpo dieron la vuelta al mundo. "Su madre nunca pensó que se recuperaría. Todos los miembros de su familia están felices", contó Sirat Amin,  enfermera y nutricionista del Comité Internacional de Rescate, que se encargó del cuidado de Minhar. La madre del pequeño, Assiyah Dagane Osman, también se ha mostrado "muy feliz por el trato recibido" al explicar que su hijo "va muy bien".

Assiyah Dagane Osman no siempre se consideró tan afortunada. En julio, apenas llegó al campamento de Dadaab, llevó a su hijo moribundo a uno de los hospitales. Había estado caminando durante semanas desde Somalia hasta Kenia para huir de la hambruna que asola el Cuerno de África.
Su caso no es el único. Unicef informó a comienzos de este mes que 190.000 niños, cuyas imágenes no se han difundido como las de Minhaj, podrían morir en cuestión de semanas si no reciben ayuda inmediata.

Pero en realidad los niños que requieren asistencia son muchos más: 1,5 millones. La situación es gravísima: hace más de 100 días que se declaró la hambruna en seis regiones de Somalia del sur del país, debido en gran parte a la sequía, la más grave del país en 60 años y a los combates entre las guerrillas y elGobierno de transición, que tienen estancado el país.

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