Una cárcel en Pohang, una ciudad al sureste de Seúl en Corea del Sur, comenzará en marzo las pruebas con un grupo de robots para ser usados como guardias de prisión.
El plan es parte de la iniciativa de Corea del Sur para posicionarse como un líder tecnológico. Los robots están siendo desarrollados para poder recorrer los pasillos de las cárceles, monitoreando lo que ocurre dentro de las celdas.
El rol de estos nuevos guardias no será el de controlar un problema, sino el de monitoreo y alerta. En caso de notar una situación anómala, el robot alertará a los guardias humanos para que ellos tomen las acciones correspondientes.
Otro de los roles que cumplirán será el de comunicación: si alguien en las celdas tiene algún problema de salud o necesita asistencia de los guardias, va a poder pedirle ayuda a los robots, quienes llevarán el mensaje a los humanos.
Los más felices con este avance son los guardias, especialmente los que tienen turno de noche, ya que reducirá su carga de trabajo considerablemente. El último paso antes de que comience la prueba en marzo es mejorar la apariencia de los robots, para que parezcan “más humanos”.
