domingo, junio 12, 2011

Llega a Chile el planking: la moda de fotografiarse acostado en la ciudad


Cinco de la tarde de un sábado en la Plaza de Armas de Maipú. El débil sol de junio apenas amenaza con entibiar la jornada, mientras distintas generaciones se recrean a su manera: niños en sus autos a pedal, adolescentes patinando, padres quemando la tarde en compras y abuelos tirando migas a las palomas. Un poco más allá, ajenos a este cuadro, David (24) y Fernanda (20), pololos de Talagante, se entretienen tomándose fotos acostados boca abajo sobre barandas, basureros o paraderos. El resto de los paseantes los mira extrañados o risueños, sin saber que lo que ellos hacen es planking, la última moda global impulsada por las redes sociales. Una suerte de competencia virtual por quién consigue la mejor foto -ya sea ridícula o arriesgada- acostado sobre el estómago. Exhibicionismo puro.
David y Fernanda integran el grupo de avanzada del planking en Chile, moda británica que llego al país hace un par de meses y que rápidamente ha formado sus primeros grupos en Santiago y Viña del Mar, donde suman más de 50 personas. "Al principio lo encontramos estúpido, creíamos que era una ociosidad", dice Fernanda, a sabiendas de que eso es precisamente lo que piensa la mayoría de la gente cuando la ve equilibrar su cuerpo boca abajo en una delgada baranda en Maipú. Pero es su vicio, le gusta y lo reconoce sin problemas, incluso ante los amigos, a los que trata de "evangelizar" en la actividad. Su idea y la de su pololo es buscar la foto más comentada: mientras más repercusión, mejor. También si hay más riesgo. David, de hecho, busca una baranda que por uno de los lados tiene una caída de siete metros. Le pido mesura y le recuerdo el caso del planker australiano que murió en mayo pasado, cuando al intentar fotografiarse en el borde de la terraza de su edificio, cayó desde el séptimo piso. Acepta para no preocuparme, pero le baja el perfil al peligro. Lo suyo es la adrenalina, reconoce.
Primer grupo chileno
El planking nació en Inglaterra, en 2000, cuando dos amigos decidieron empezar a acostarse y fotografiarse en distintos puntos de la localidad de Taunton. Lo bautizaron "jugar a acostarse". En 2007 llegó a Facebook y, en 2008, en Australia acuñaron el nombre "planking" y lo transformaron en una moda global: su grupo de Facebook pasa de ocho mil a 107 mil miembros. Hoy tiene casi 320 mil.
El primer grupo chileno nació en Viña del Mar, en marzo de este año, cuando uno de sus miembros descubrió el juego navegando en páginas de internet australianas. Partieron siendo siete amigos del barrio y con el tiempo fueron tomando fuerza, y formaron el grupo de Facebook Planking Chile para subir sus fotos. "Mucha gente que no conocemos nos ha mandado sus plankings a nuestro mail. Hoy somos 14 a los que se suman más de 20 plankers desconocidos que nos envían sus aportes", dice Matías, uno de los miembros del grupo de Viña.
No son los únicos. En mayo, el diseñador Víctor Monsalves (29) estaba en su casa de Quinta Normal junto a unos primos preparándose para ir al recital de Paul McCartney, cuando vio en el cable una nota sobre planking. Enganchó de inmediato. "Partimos con fotos sencillas, en la casa o con compañeros de trabajo". Esto es común entre los plankers: todos parten en sus casas, casi escondidos. "En camas, sillones, alfombras o refrigeradores", dice Matías.
Pero Víctor ya pasó esa etapa y salió a la calle. Lo acompañamos. Su escenario escogido: el Museo de Bellas Artes. Allí mira, gira en 360° y se detiene cuando encuentra la locación que le gusta. Entonces sólo va hacia ella y se acuesta boca abajo. Lo hace frente a esculturas, bajo vigas y en medio de pilares. Una pareja de colegiales lo miran aguantando la risa. El personal de limpieza lo observa de reojo y un grupo de holandeses sonríe, reconociendo al parecer la moda. Pero a él no le importa. Está en lo suyo, mira a su alrededor y le propone al fotógrafo ir por una imagen debajo de la estatua de un ángel que porta una espada. "Genial. Se va a ver como si me estuviera apuntando", dice.
Es que esa precisamente es la regla número uno del juego: no tiene lugares ni tiempos definidos para hacerlo; nadie sale de su casa pensando en hacer planking, es espontáneo. "Es algo natural, que no se planea. Es como las fotos de turista: de repente te dan ganas de sacarte una y lo haces", sintetiza Matías.
Al igual que en el resto del mundo se debaten entre dos corrientes para definir qué fotos son mejores: divertidas o arriesgadas. Los viñamarinos adhieren a las fotografías más hilarantes, evitando el riesgo, al igual que el grupo de Víctor Monsalves (29): "Buscamos lo más ridículo. Mientras más graciosa e insólita la foto, mejor", dice el diseñador. David y Fernanda, en cambio, apuestan por el peligro: "La gracia es subirse a un lugar arriesgado y elevado", dicen.
La foto más riesgosa de nuestros plankers criollos fue arriba del estanque de un edificio de 25 pisos. ¿La más difícil técnicamente? Sobre una botella de Coca Cola, se adjudican los viñamarinos.
Como las redes sociales y la tecnología son los grandes impulsores de esta moda, sus cultores son en su mayoría jóvenes que cursan sus últimos años de universidad o trabajan hace poco. La mayoría son ingenieros eléctricos y diseñadores, pero también hay médicos, publicistas e ingenieros. ¿Edades? El promedio es de 26 años, aunque hay plankers entre 15 y 38 años. A todos los une el vicio de subir sus imágenes a la red. El grupo viñamarino las intercambia a través de un chat interno y pronto lanzará un sitio, Fernanda y David usan Facebook, y Víctor buenas cámaras. "Esto es una competencia mundial por quién sube las mejores fotos", dice.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...