Como si el peso de los años en Europa hubieran esculpido un nuevo semblante en sus palabras, una seguridad que aparece en el momento justo de una sincera evaluación que hace a La Tercera en el que, según cuenta, es el mejor año de su vida y siempre con una mirada de reojo a la selección chilena.
¿Cómo evalúa este 2010, considera que es uno de los mejores años de su carrera como futbolista?
Este es lejos el mejor año de mi vida y el más lindo. En todo sentido. Familiar, profesional, amoroso, futbolístico. Lo fundamental de todo esto han sido mis hijas y mi señora, ellas han sido las grandes gestoras del relanzamiento de mi carrera, de mi renacer en el amplio sentido de la palabra.
¿El hecho de llegar a los 19 años a Italia fue una carga demasiado grande para usted?
Llegué muy joven a Europa y todo eso influyó. Pero era otro tiempo, era muy inmaduro y muy niño todavía. Como lo he dicho siempre, para mí en ese tiempo el fútbol era una diversión y no una profesión. Fui bastante irresponsable en muchas cosas y la culpa francamente es mía, al ciento por ciento. No culpo a nadie. Yo soy el único responsable del hecho de andar dando vueltas por el mundo sin éxito. Pero, de la misma manera, soy el responsable del lindo momento que estoy viviendo ahora. Mi sueño desde niño fue siempre triunfar, llegar a un club grande de Europa y estar entre los mejores delanteros de Italia en este momento es algo que me enorgullece mucho.
¿Estos casi ocho años dando vueltas por el mundo los considera como un tiempo perdido?
Al final uno sabe que son años perdidos, pero yo los tomo con madurez. Si no me hubiese pasado todo lo que me pasó, todo lo que viví, quizás no sería la persona, el hombre o el padre que soy ahora. Fue todo enseñanza y experiencia. Fueron cosas tan fuertes que al final me hicieron madurar.
En Palermo usted es uno de los ídolos del equipo, ¿en Chile ha sentido algo parecido ahora que tiene continuidad futbolística y hace goles semana a semana?
Es verdad, en Palermo la gente me quiere mucho, pero también me he dado cuenta que ahora la gente en Chile me mira de otra manera. Están todos felices y ahora hasta los hinchas de Colo Colo me piden fotos. La mentalidad de la gente ha cambiado, también por el hecho de que me están viendo triunfar. Ya me pueden ver nuevamente como un ídolo. Ahora saben que las cosas han cambiado, que estoy en un momento fantástico y ellos están disfrutando con lo que yo estoy haciendo. Eso es lo importante. Siempre veo los comentarios de la gente, lo que me dicen en la calle; y es lindo vivir de las cosas positivas que piensan de ti.
A usted, la opinión pública lo fustigó mucho después del fracaso de la selección chilena en el proceso para Alemania 2006…
El problema es que las personas se dejan llevar mucho por lo que dice la prensa. En mi momento negativo me estaban matando de todos lados, pero en la Selección siempre he dado lo mejor. Y pensando a futuro, lo más importante es que tengo mucho tiempo para demostrarlo. Quiero seguir haciendo goles y si el técnico me llama espero crecer para dar el gran salto en mi carrera.
Pero también se le asoció mucho a los escándalos de farándula, fuera del fútbol…
Yo era el que me metía en tonteras, en eso de la farándula y todo, cosas que nunca me dieron nada. Por lo que la gente vibra conmigo es por el fútbol, lo otro son tonteras pasajeras que lo único que te pueden traer son problemas.
¿Tiene opciones de partir ahora a Juventus o Inter de Milán?
Las cosas siempre pueden cambiar en enero, pero difícilmente pueda irme de Palermo en estas fechas porque estoy muy cómodo, estoy muy bien. Pero veremos qué pasa. Uno nunca puede descartar nada, pero sólo tengo palabras de agradecimiento al presidente Maurizio Zamparini, al ex director Walter Sabatini y al técnico Delio Rossi, quienes trabajan conmigo allá y me han tratado en forma espectacular, me han cuidado, me han hecho madurar futbolísticamente y me han hecho sentir parte de esta familia del Palermo.
¿Cuáles son sus deseos para el final de esta temporada?
Sueño con jugar en un equipo grande de Europa, pero tengo que decir que me siento muy bien en Palermo. De los partidos en que he estado allá no he jugado uno mal. Siempre tengo el mejor promedio de notas del equipo. Tuve un par de lesiones que me dejaron fuera por unos pocos partidos, pero al final fue bueno porque te sirve para cargar las pilas y afrontar mejor la última parte del campeonato. Mi meta personal en esta temporada es terminar al menos con dos cifras en goles. También jugar a corto o largo plazo en un equipo de los grandes de Europa, un sueño mío y el de mi padre. Sin desmerecer lo que estoy viviendo en Palermo que ha sido maravilloso. Espero quedarme un par de años acá y luego aprovechar el peak de mi carrera en un club más importante.
¿Y su máxima aspiración en el fútbol?
Me gustaría ganar la Liga de Campeones, levantar un título importante en mi carrera. Eso es lo que me ha faltado, después de todas las cosas buenas que estoy haciendo ahora. En 2005 estuve a las puertas de ganar la Copa UEFA con Sporting, pero la Champions es otra cosa.
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