Los esfuerzos por salvar a los 29 trabajadores atrapados desde el viernes en una mina de carbón en Nueva Zelanda sufrieron hoy un nuevo golpe al romperse el robot que era utilizado en las tareas de recate.
El artefacto debía colocar bajo tierra un cable de fibra óptica para poder observar la situación, pero se rompió, lo que provocó gran angustia entre los familiares y amigos de los mineros, que acompañan las tareas de rescate.
"La situación es muy seria y cuánto más se demora más se debilita la esperanza", dijo el comandante de distrito de la policía, Gary Knowles.
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