No les va a quedar otra que empezar a hacerse la idea de que son los más famosos del barrio. Acostumbrarse a que la gente coreé sus canciones, que estén encabezando los carteles de festivales que suman más nombres y que la exigencia sea siempre alta, con lo que, a todas luces y muy a contrapelo de ellos mismos, es la banda más exitosa del momento.
Chico Trujillo tuvo anoche una demostración rotunda del arrastre popular que despierta el conjunto que lidera el carismático Aldo "Macha" Asenjo.
Después del sabroso aperitivo de Croni-K, el mejor representante local del reggaetón, y de Villa Cariño, grupo de inspiración "villera" y sound que tuvo un buen apronte de cara a su confirmada participación en la próxima edición del Festival de Viña, el grupo de Villa Alemana salió al escenario para cumplir con un show que duraría 20 minutos, según el programa original de los organizadores. Pero para cualquier observador neutral, ese era un promedio claramente mezquino: Chico Trujillo tocó durante 45 minutos y le voló la cabeza a medio mundo. Una práctica habitual en los shows de la banda, pero que hasta anoche no había tenido una vitrina mayor como la que entregó la versión más pachanguera del, a estas alturas, clásico certamen veraniego llamado Crush Power Music.
Esta edición tuvo el mérito de sincerar los gustos del chileno medio y de convocar a un contingente de grupos de inspiración tropical y derechamente bailables. El resultado fue exitoso y no sólo por la buena convocatoria (esta es la versión que tuvo mejor asistencia de las ocho que se han realizado hasta ahora), sino también por el ambiente.
"Cumbiódromo"
A eso de las 20.30 horas, sólo 20 minutos antes de que apareciera Chico Trujillo, el plato fuerte de la velada, el panorama en el sector de cancha y platea era el de un verdadero "cumbiódromo". Y lo mejor de todo es que estaba protagonizado por un público mayoritariamente joven, un dato que a estas alturas desecha el viejo prejuicio que históricamente se ha cernido sobre la música tropical en Chile.
Faena relevante, en ese sentido, es la que ha tenido Chico Trujillo en los últimos años, reeditando el gusto del chileno por estos ritmos. Y lo que ofrecieron anoche fue un vendaval de baile y joda. Más cercanos a la cumbia tradicional, pero también fieles a la vertiente "rockera" que ha caracterizado a la interpretación de este género en el país (desde los Viking's 5 hasta Tommy Rey), el nombre de ese gran frontman que es "El Macha" mostró algunas de sus mejores canciones (Loca, Cosecha de mujeres, La medallita) y dejó claro que, en su caso, la masividad que han alcanzado es fruto de un trabajo duro y de un talento a toda prueba.
Como buena fiesta bailable, la cosa amenazaba con avanzar hasta la madrugada y Ráfaga, viejo crédito argentino de la cumbia con sintetizadores, ya los tenía a todos coreando a eso de las 23.30 horas. La Noche y Los Auténticos Decadentes seguían en la lista de un festival que cumplió con las expectativas y que coronó en el nicho de la cumbia al mejor exponente del género por estos lados: Chico Trujillo.
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