Se acerca fin de año, y con ello una de las mayores responsabilidades que los chicos deben asumir: rendir la Prueba de Selección Universitaria. Si bien es cierto muchos adolescentes preparan con tiempo y dedicación los contenidos de esta evaluación, la ansiedad propia de lo que encierra la PSU hace que muchos adolescentes protagonicen importantes periodos de estrés previos a rendir el test.
Al empezar cuarto medio, empiezan una serie de situaciones nuevas para estos adolescentes, que hasta ahora, habían transitado su vida escolar sin mayores preocupaciones. Al miedo que produce abandonar el colegio y la nostalgia propia de sentir cada día que pasa como el último en que se podrá compartir con los amigos de toda la vida, se le suma el bombardeo familiar, escolar, social y publicitario que implica rendir la PSU.
El año empieza con la decisión de tomar o no un preuniversitario y luego continúa con los innumerables ensayos a los que se deben enfrentar, ya sea en el colegio o en las instituciones privadas encargadas exclusivamente de la preparación de la PSU. El problema no radica en ensayar, sino en los puntajes, muchas veces menores a lo esperado, con los que califican estas primeras aproximaciones.
Factor familia
Al propio estrés que genera enfrentarse a situaciones nuevas dejando un espacio tan importante como el colegio, los estudiantes deben aprender a lidiar con las pretensiones y expectativas familiares respecto a su futuro. Ideas, recomendaciones e imposiciones con relación a la carrera a seguir o la universidad a la cual deben o pueden ir, dependiendo las tradiciones o condiciones económicas de los padres.
Las responsabilidades suman y siguen, el año sigue avanzando sin piedad, y sin darse cuenta estamos en Octubre. Se acortan los tiempos para prepararse y decidir situación que genera, en algunos adolescentes, ciclos de estrés negativo que es la causa de enfermedades psíquicas y físicas.
El sobreestrés, es la señal que da el cuerpo de que se ha perturbado el reloj interno. Para recuperarse del cuadro será necesario entonces volver al equilibrio.
Las rutinas ordenadas y bien establecidas serán grandes aliadas de la salud en estos momentos. Establecer una hora para ir a dormir es el primer paso para regular el cuerpo; restablecer el equilibrio es un proceso que tarda entre dos y tres semanas, por lo tanto mientras antes se empiece mejor serán los resultados.
Algunos tips anti estrés
- Descansar entre el estudio. Un cerebro cansado es un cerebro con una menor capacidad de aprendizaje, por lo que resulta fundamental aprender a hacer pausas como máximo a cada 90 minutos. La idea del descanso es distender la mente, una caminata, sentarse al aire libre o recostarse y cerrar los ojos son buenas alternativas de desconexión.
- Cuando el organismo está sometido a una gran actividad intelectual es necesario compensar el desgaste, para descansar, con deportes o actividades físicas todos los días.
- No olvidar la actividad social. Salir y divertirse con los amigos ayuda a generar endorfinas, las sustancias felices, que van a disminuir la sensación de stress.
- Mantener una dieta adecuada reducida en grasas y frituras, pero sobre todo libre de excesos alcohólicos y bebidas energéticas pues desestabilizan el organismo. Además aumentar el consumo de ensaladas resulta beneficioso para las funciones cerebrales. Como dice el refrán, ¡eres lo que comes!
Ocuparse no preocuparse
Aprender a ocuparse de los asuntos es la clave para una vida sin stress negativo. No sólo será útil para rendir la PSU, sino que mejorará increíblemente las posibilidades de enfrentar los sucesos del futuro con una mejor predisposición.
Algunos mecanismos para lograrlo son construir una lista diaria de aquellas cosas imprescindibles en el día, pero cuidando que no supere los 7 puntos. Escribirlos en orden jerárquico permitirá acabar el día con la sensación de que se hizo lo más importante.
Si los niveles de stress son incontrolables lo mejor será acudir a un profesional de la salud que oriente las medidas a seguir, sin embargo, evitar la medicación es importante. Por lo tanto un psicólogo u orientador vocacional serán de gran ayuda en estos momentos, mucho más que cerros de pastillas que bloquearán o disminuirán las funciones cerebrales.
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