viernes, noviembre 04, 2011

El fenómeno de publicidad negativa que las firmas no pueden evitar

El fallecido ex CEO de Apple, Steve Jobs, era el rey del product placement, táctica que consiste en colocar productos a modo de cameos en películas taquilleras, logos como parte del decorado de series populares o a estrellas del espectáculo luciendo ropa o accesorios identificables.
Pero esta técnica falla cuando el portaestandarte de la marca cae en desgracia -como fue el caso del golfista Tigger Woods, a quien Accenture Plc y AT&T Inc le cancelaron el contrato después de su escandaloso divorcio, mientras que Nike lo siguió respaldando, pero luego de hacerle grabar un comercial donde la voz de su padre lo regañaba desde el cielo.
Ni hablar de grupos violentos y de mala prensa, como los talibanes afganos desplazándose en vehículos Toyota; los combatientes libios vistiendo camisetas con el logo de Samsung o bien, los milicianos iraquíes con pasamontañas de Nike.
"Quedar asociada a la tragedia de una guerra es la última cosa que una empresa querría para sus productos", dijo el agente publicitario Ignasi Clará, según publica hoy el sitio Infobae.com, "el efecto es pésimo, equivalente a cuando una firma es acusada de explotar trabajo infantil", sentencia.
El fenómeno de esta publicidad negativa se ve agigantado por la globalización. Difícilmente los combatientes vietnamitas habrían podido usar marcas de moda en los años 60 y 70. Actualmente, fotos y videos dan la vuelta al mundo al instante mostrando tanto a víctimas como a victimarios de conflictos sangrientos luciendo logos reconocibles en todo el planeta.
La cosa llegó a tal extremo que la automotriz japonesa Toyota decidió hacer menos visible su marca que hasta ahora aparecía en grandes letras mayúsculas en la parte posterior de los vehículos.

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