SANTIAGO.- Un Mirador abierto a todo público, a 60 metros de altura, tendrá el Templo Votivo de Maipú, el cual ofrecerá una panorámica única de Santiago desde el sector poniente de la ciudad.
El Alcalde de Maipú, Alberto Undurraga, y el Rector del Santuario, padre Carlos Cox, dieron hoy la partida oficial a los trabajos de habilitación del Mirador y a la construcción de dos ascensores en el interior del Templo para optimizar el acceso a éste, la reparación y mejoramiento de las escaleras, la instalación de mobiliario y de un sistema de iluminación, audio y video, que mostrará imágenes permanentes de la historia del Templo, de Maipú y del país.
El Mirador debe quedar operativo en el segundo trimestre de 2012.
Este proyecto, cuyo costo es 562 millones 173 mil pesos, está siendo gestionado en conjunto por la Municipalidad de Maipú y el Templo Votivo de Maipú y cuenta con recursos del Fondo de Puesta en Valor del Patrimonio Nacional del Gobierno Regional Metropolitano. Las obras abarcan una superficie de 700 metros cuadrados.
Los trabajos consolidarán el atractivo arquitectónico, espiritual y turístico que ya tiene el Templo Votivo de Maipú, el que además de ser Monumento Nacional, cuenta con este espacio de alto interés urbano que no había sido habilitado desde el término de las obras originales del Santuario en la década de los 70.
El Alcalde Undurraga dijo que “no hay una estructura de uso público que le compita en vista panorámica en la ciudad de Santiago, considerando que se trata de un Mirador que será abierto al público, por lo que se espera la visita de peregrinos, turistas y comunidad en general, una vez que esté terminado”. Agregó que ofrece una vista privilegiada de la ciudad desde el sector poniente, desde la cual es posible ver también el término de la capital y el inicio de la zona agrícola que bordea Santiago.
En el Mirador se instalarán flechas indicando la dirección y distancia a los santuarios más importantes del Mundo. De esta manera, la ciudadanía podrá sentir que Maipú es parte de una red mundial a la altura de otros santuarios, como el de Guadalupe, en México, o el de Luján, en Argentina.
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