WASHINGTON.- Un satélite extinto de la NASA caerá pronto a la Tierra, pero la agencia espacial dijo que había muy poca probabilidad de que una pieza de éste golpee a alguien.
La NASA indicó que el satélite con 20 años de existencia caerá en algún momento entre finales de septiembre y octubre. Partes de éste podrían caer en cualquier sitio de los continentes habitados en una franja que abarca desde el sur de Juneau, Alaska, hasta la parte norte del cono sur.
Científicos de la NASA calculan que existe una probabilidad entre 3.200 de que una parte del satélite pudiera golpear a alguien. La mayor parte de éste se incinerará al ingresar a la atmósfera terrestre.
El Satélite Investigador de la Atmósfera Superior (UARS) de seis toneladas, se quedó sin combustible en el 2005 y caerá de su órbita sin control. Sólo aproximadamente 544 kilogramos de metal podrían sobrevivir, dijo la NASA.
El satélite es mucho más pequeño que la estación espacial rusa Mir de 135 toneladas, la cual cayó a la Tierra en el 2001, o que el Skylab de 100 toneladas que cayó en 1979. Mir cayó en el Pacífico sur, mientras que el Skylab lo hizo en el Océano Indico y en partes poco pobladas del occidente de Australia.
Debido a que dos terceras partes de la Tierra son océano, la basura espacial usualmente cae en el agua. "Cosas han estado reingresando (al planeta) desde los albores de la era espacial; hasta la fecha nadie ha resultado lesionado por algo que haya reingresado", dijo Gene Stansbery, jefe del departamento de chatarra espacial, de la NASA. "Eso no significa que no nos preocupemos", señaló.
La NASA tiene ahora una regla en el sentido de que las probabilidades de que cualquiera de sus satélites golpee a alguien deben ser menores a una en 10.000. Pero UARS, que medía sustancias químicas en la atmósfera, fue lanzado en 1991, antes de que se adoptara esa regla.
La NASA indicó que el satélite con 20 años de existencia caerá en algún momento entre finales de septiembre y octubre. Partes de éste podrían caer en cualquier sitio de los continentes habitados en una franja que abarca desde el sur de Juneau, Alaska, hasta la parte norte del cono sur.
Científicos de la NASA calculan que existe una probabilidad entre 3.200 de que una parte del satélite pudiera golpear a alguien. La mayor parte de éste se incinerará al ingresar a la atmósfera terrestre.
El Satélite Investigador de la Atmósfera Superior (UARS) de seis toneladas, se quedó sin combustible en el 2005 y caerá de su órbita sin control. Sólo aproximadamente 544 kilogramos de metal podrían sobrevivir, dijo la NASA.
El satélite es mucho más pequeño que la estación espacial rusa Mir de 135 toneladas, la cual cayó a la Tierra en el 2001, o que el Skylab de 100 toneladas que cayó en 1979. Mir cayó en el Pacífico sur, mientras que el Skylab lo hizo en el Océano Indico y en partes poco pobladas del occidente de Australia.
Debido a que dos terceras partes de la Tierra son océano, la basura espacial usualmente cae en el agua. "Cosas han estado reingresando (al planeta) desde los albores de la era espacial; hasta la fecha nadie ha resultado lesionado por algo que haya reingresado", dijo Gene Stansbery, jefe del departamento de chatarra espacial, de la NASA. "Eso no significa que no nos preocupemos", señaló.
La NASA tiene ahora una regla en el sentido de que las probabilidades de que cualquiera de sus satélites golpee a alguien deben ser menores a una en 10.000. Pero UARS, que medía sustancias químicas en la atmósfera, fue lanzado en 1991, antes de que se adoptara esa regla.
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