El Gobierno de Japón decidió solicitar a la Unesco el reconocimiento del emblemático Monte Fuji, uno de los volcanes más altos del mundo y el punto más elevado del archipiélago nipón, como Patrimonio Cultural de la Humanidad en 2013.
El Fujiyama (literalmente, Monte Fuji en japonés), con sus 3.776 metros de altura, es considerado sagrado por los japoneses, que acuden por miles para subir hasta su cima en verano, la única época en que el camino hasta la cumbre está despejado de nieve.
Según la agencia local Kyodo, el Gobierno nipón enviará antes de febrero de 2012 la solicitud a la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), a la que pedirá también la inscripción como Patrimonio de la Humanidad de la histórica localidad de Kamakura (al oeste de Tokio), que alberga numerosos templos y una gigantesca estatua en bronce de Buda.
Japón, que cuenta con doce lugares registrados como Patrimonio Cultural de la Humanidad, ya intentó en 2007 que el simbólico Monte Fuji fuera reconocido con ese estatus, sin lograrlo.
Dormido desde hace más de tres siglos, el volcán está situado a unos 100 kilómetros al oeste de Tokio y domina con su forma cónica la isla de Honshu, la principal de Japón.
El emplazamiento del Fuji-san, según el tratamiento que los japoneses dedican a su venerada montaña, cuenta con 25 "componentes de valor", según el Gobierno nipón, incluidos los cinco lagos que se encuentran al pie del volcán.
La montaña se convirtió en uno de los principales símbolos de Japón después de ser reproducida en numerosos grabados en madera en el periodo Edo (1603-1868), que tuvo una fuerte influencia en las artes occidentales, según la Agencia nipona de Asuntos Culturales.
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