La subasta fue un fracaso. Nadie quiso pagarle a Mikel Barsa el precio inicial de 2 millones de pesos argentinos (más de 220 millones de pesos).
Barsa dijo que no ayudó que la portavoz del patrimonio de Monroe dijera que todo esto era un fraude.
El español afirmó que sigue en negociaciones con un comprador no identificado por la mitad del precio que esperaba.
Sin embargo, admitió también que su abogado está revisando la advertencia de los protectores de Monroe de que están dispuestos a demandarlo por fraude y violación de propiedad intelectual en caso de realizarse la venta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario