Excesivo en el escenario, pero riguroso en su vida personal. En su actual gira planetaria -bautizada con el sugerente nombre de Música + Alma + Sexo (MAS)-, Ricky Martin ha debido adecuar su trajín al renovado rol que inauguró en 2008, cuando se convirtió en padre de los gemelos Matteo y Valentino, concebidos a través de un vientre de alquiler. Por eso, ha viajado con ellos durante todo el periplo, tiene un séquito de personas encargadas de su atención y no han sido pocas las veces en que aprovecha los días libres para escapar a una juguetería o un parque.
Santiago no será la excepción. El puertorriqueño dará un show el 24 de septiembre en el Movistar Arena y arribará con los dos menores, hoy de dos años. Su aterrizaje será 24 horas antes desde Mendoza, la escala previa de su gira sudamericana que parte este viernes 26 en Sao Paulo. Uno de los responsables del boom latino estará tres días en el país y llegará en un jet privado, con una comitiva de 50 personas y tres encargados de seguridad. Todos se repartirán en tres hoteles de la capital.
Desde Argentina, la escenografía se trasladará en ocho camiones. Un detalle no menor: según medios europeos y estadounidenses, Martin muestra hoy el mayor despliegue escénico de su trayectoria, en una carrera habituada como pocos en el circuito latino a la espectacularidad técnica. Por ejemplo, el montaje tiene un andamio de tres niveles por donde el intérprete se mueve junto a ocho bailarines, todos secundados por una banda de diez músicos.
Casi como si se tratara de una pieza teatral -nada raro para una figura que se prepara para estar en el musical Evita de Broadway-, el concierto se divide en tres partes. La primera se titula Rock goes pop y lo muestra en su faz más enérgica, con trajes de cuero y un amplio pie para el lucimiento de sus bailarines en Será, será, Dime que me quieres y It's alright. Cabaret es el siguiente tramo y parte con un video que muestra todo el recorrido del cantante hasta la revelación de su homosexualidad en 2010, incluyendo los enfrentamientos con su padre. Todo termina con los sets Mediterráneo, más pausado, y Afro beat, destinado al alboroto.
Como una suerte de consecuencia de un show saturado de estímulos, su retorno a Santiago ya ha despachado 14 mil entradas y sólo quedan 1.500 a la venta en el sector de Cancha. Por estos días se analiza la opción de agregar un segundo recital, pero la estrecha disponibilidad de agenda del artista -el 27 de septiembre se presentará en Lima- establece un pequeño margen de dudas sobre los planes. Otra posibilidad es habilitar localidades con vista parcial (Ticketpro).
No hay comentarios:
Publicar un comentario