Sistemas de GPS que rastrean cada jugada en la cancha o programas capaces de identificar las mejores duplas en un partido. Sofisticados dispositivos que están revolucionando este deporte, porque hoy la decisión de quién juega o quién es transferido se toma no sólo según el criterio del técnico, sino también según gráficos y estadísticas analizados en salas llenas de computadores.
En el área rival, Alexis Sánchez esquivaba jugadores mientras Mauricio Isla corría sin cesar por un extremo del ataque de la selección chilena. Un despliegue similar mostraba Matías Fernández, quien se acercaba constantemente al arco de Estonia, hasta que a los 21 minutos abrió el marcador con un potente remate. Todas estas jugadas fueron seguidas de cerca por las 20 mil personas que acudieron el domingo al Estadio Monumental, miles de chilenos que vieron el partido por la televisión y, a 20.000 km de altura, por ojos tecnológicos que seguían cada detalle de los movimientos de los jugadores chilenos.
Se trataba de satélites de la red de posicionamiento global (GPS) que monitorearon todas las acciones de los futbolistas, gracias a un diminuto aparato instalado en un peto bajo la camiseta de los jugadores y que transmitió a un computador una radiografía instantánea del campo de juego. La velocidad de cada pique, la distancia recorrida, los desplazamientos en el campo de juego y la frecuencia cardíaca de los futbolistas se desplegaron en tiempo ante la vista del cuerpo técnico, en un ejemplo claro de cómo la tecnología está revolucionando este deporte, cambiando su estatus de un mero juego "bonito", al de un sofisticado juego "inteligente".
De hecho, el uso de GPS -que también es empleado por equipos como el Manchester United, de Inglaterra- es sólo la punta del iceberg en lo que se refiere a la implementación de avanzadas tecnologías en la preparación de los futbolistas e, incluso, en las millonarias transferencias que dominan este deporte. El uso de cámaras que registran cada aspecto imaginable de un juego, dispositivos y programas computacionales que potencian la agudeza visual y tecnologías que detectam lesiones son los parámetros que hoy permiten personalizar la forma en que los astros del balompié entrenan y definen las tácticas que despliegan los técnicos.
¿El resultado? Hoy la decisión de quién entra en los últimos 15 minutos de una final o quién es transferido no sólo se toma según el criterio del entrenador, sino que es influenciada de forma importante por estadísticos que operan en salas atestadas de computadores. Un ejemplo claro es lo que ocurre en Inglaterra, donde un equipo como el Chelsea ya tiene una base de información con 32 millones de datos de más de 13.000 partidos jugados. De forma similar, el Manchester City -ganador de la Copa de Inglaterra- contrató un analista de desempeño llamado Gavin Fleig, quien analiza cada dato recogido por cámaras especiales que rastrean la cancha durante los 90 minutos.
"Así nos dimos cuenta de que los cuatro equipos top de Inglaterra tienen mayor porcentaje de pases completados en el último tercio de la cancha. Desde que reclutamos a los jugadores Carlos Tevez, David Silva, Adam Johnson y Yaya Touré, sólo en los últimos meses determinamos que nuestra habilidad de mantener el balón en esa zona creció 7,7%", dijo Fleig al diario Financial Times. Fue este tipo de resultados lo que llevó a Colo Colo a adquirir la tecnología Prozone, usada por equipos como Barcelona y que opera con sofisticadas cámaras que escanean la cancha y ayudan a generar gráficos computarizados sobre el desempeño individual y táctico de los jugadores (ver infografía).
El sistema fue probado en un amistoso entre la selección chilena y Colo Colo y debutará oficialmente hoy, cuando los albos jueguen por Copa Chile contra U. Católica. Alberto Gutiérrez, subgerente de desarrollo deportivo del club, explica que este sistema ayuda a objetivar parámetros que hasta ahora eran subjetivos, como la evolución de un desgarro, cuya mejoría o deterioro ahora es visible en pantalla gracias a gráficos que muestran si el jugador corre o no de manera normal.
"Pude ver cómo opera esta tecnología mientras estudiaba gestión de clubes de fútbol en Inglaterra. Allá hasta los equipos más chicos lo han incorporado y la postura básica es que si no lo tienes, no puedes aspirar a competir en el fútbol moderno. Nuestra idea es que la tecnología nos ayude a profesionalizar aún más al equipo, sobre todo monitoreando el desarrollo de los jugadores de divisiones inferiores", indica Gutiérrez.
Fútbol digitalizado
El equipo de GPS usado en el Monumental fue facilitado por la U. de Las Américas, cuyo equipo fue dirigido por Claudio Borghi, hoy entrenador de la Roja y quien tiene interés en adquirir la tecnología. Este sistema cuesta unos US$ 50 mil y ayudó a revelar que, en un momento determinado del partido del domingo, Mauricio Isla era el que realizaba mayor despliegue físico, con 5.927 metros recorridos y una velocidad de 29,1 km/hr.
Alan González, director del Instituto del Deporte de U. de Las Américas, señala que el programa que procesa los datos genera un informe de nueve páginas por cada jugador y ayuda a determinar detalles clave: "Los datos facilitan tomar decisiones tácticas, como decidir la alineación de un equipo, al identificar que un jugador recorre de forma mucho más eficiente la zona derecha de la cancha. Lo mismo pasa el establecer la velocidad del arquero al salir a cortar un centro o cuánto tarda un defensa en bloquear un ataque".
Un ejemplo del potencial de estas tecnologías es lo ocurrido con el astro portugués Cristiano Ronaldo. Al llegar al Manchester United en 2003, los gráficos hechos con Prozone detectaron que los pies del jugador tocaban demasiado el balón cada vez que lo recibía, por lo que el entrenador Alex Ferguson lo convenció que fuera más simple en su juego. Así comenzó a anotar cada vez más goles y nunca más se detuvo.
Estos softwares de análisis son tan sofisticados, que no sólo muestran los tiros al arco desviados en cada partido. También revelan si un jugador se combina más con algún compañero, identificando las duplas más efectivas en una cancha. "Puedes crear flujos que muestran el desplazamiento de los centrales y ver si se separan demasiados metros entre sí. O establecer puntajes que castigan las faltas cercanas al área propia y premian los ataques", dice Gutiérrez. Otro ejemplo, agrega el subgerente, es la evaluación de transferencias, ya que gracias a esta tecnología el entrenador Arsene Wenger -del Arsenal inglés- determinó que el peak físico de los mediocampistas empieza a decaer a los 27 años, por lo que no tiene mayores problemas en dejarlos partir desde esa edad.
¿Dónde queda el talento ante esta tecnologización del fútbol? "Su habilidad sigue intacta. Lo que permite este sistema es ayudarlos a practicar en la semana y mejorar aspectos tácticos, como las coberturas al frenar un ataque. Hay jugadores muy eficientes técnicamente, pero que deben aprender cómo moverse en la cancha y si les pasas gráficos que les muestran que deben trasladarse unos cuantos metros a la izquierda, lo aprenden rápidamente", explica Gutiérrez.
Ojos a toda prueba
Mientras la empresa Reebok ya diseña camisetas inteligentes -dotadas de microchips que miden el ángulo de las articulaciones, la temperatura de la piel y el nivel de sudor-, en América del Norte se ha abierto otra veta tecnológica con dispositivos diseñados para mejorar la agudeza visual. Después de todo, un deportista de elite es capaz de visualizar siete puntos en un campo de juego en un segundo, contra sólo tres de un deportista promedio.
Dynamic Edge es uno de los centros que realiza entrenamiento visual en Canadá. Para ello usa el software Visual Edge2, plataforma que consta de lentes 3D similares a los que se usan en los cines y que generan un ambiente virtual en un PC. Con la ayuda de un control el atleta debe hacer click para identificar el momento en que aparecen ciertos símbolos en pantalla y su ubicación en la misma.
Esto entrena la vista para potenciar habilidades como la percepción de profundidad al dar un pase o el rastreo del balón mientras va en el aire, talento vital si se considera que un tiro libre de Cristiano Ronaldo alcanza 103 km/hr. Según el oftalmólogo Barrey Seiller -creador del sistema-, el método opera como una especie de levantamiento de pesas ocular, ya que desarrolla fuerza, flexibilidad y coordinación de los músculos oculares.
La empresa Nike creó un sistema que potencia estas mismas habilidades mediante el sistema Vapor Strobe Vision. Este consiste en gafas dotadas de un sistema estroboscópico que bloquea y desbloquea la visión por milésimas de segundos, lo que genera la sensación de que un balón de fútbol gira muy lentamente. Cada jugador utiliza estos lentes mientras realiza tareas como atrapar el balón con el pie o dar varios pases seguidos.
Según los expertos, la visión estroboscópica fuerza al cerebro a focalizarse en el balón y anticipar lo que ocurrirá. Así, el deportista aprende a mejorar la coordinación ojo-pie, el cálculo de distancias y su posición respecto de los otros jugadores. La U. de Duke hizo un estudio con sus equipos de fútbol, cuyos jugadores completaron tests computarizados de agudeza visual tras entrenar con estos anteojos: la mayoría mostró mayor capacidad para detectar estímulos visibles por apenas 100 milisegundos.
Stephen Mitroff, profesor de neurociencia que lideró el test, dijo que los datos preliminares también muestran una mejoría en la habilidad de esquivar a los rivales. "Pequeños cambios en la percepción y la atención influyen de forma importante en el deporte. Nike está trabajando con jugadores como los del Arsenal inglés y ellos están muy contentos con usar estos lentes para entrenar", agregó Mitroff .
Si se trata de tecnología aplicada al fútbol, un símbolo es Manchester United. El equipo inglés invertirá US$ 17 millones en un nuevo centro de ciencia y medicina del deporte, donde se procesarán las estadísticas computarizadas de la escuadra. "No puedes holgazanear en una práctica, porque todo se monitorea. Tenemos programas de prácticas personalizados y recibimos resúmenes diarios computarizados; si no te esfuerzas lo suficiente, debes correr más al día siguiente", dijo el jugador Ryan Giggs al Telegraph.
Además del sistema GPS, el club tiene sofisticadas camas de vitamina D, similares a los solariums, pero modificadas para que los jugadores absorban una cantidad sostenida de esta sustancia vital para la fortaleza ósea y la reducción de la inflamación. Pero eso no es todo, el club tiene una trotadora de gravedad libre en que los jugadores entran en un arnés que les permite correr mientras flotan, en tanto un modelo similar opera en una piscina bajo la cual cámaras registran cómo pisan los jugadores, para así descartar cualquier atisbo de cojeo.
Mejorar la coordinación corporal de los "Diablos rojos" es el fin de una alfombra similar a la del popular juego Twister. El jugador se para frente a un televisor donde se encienden luces y su misión es colocar sus brazos y piernas lo más rápido posible en los puntos correspondientes de la alfombra. El análisis de los partidos vía Prozone se hace a puertas cerradas, pero el defensor Rio Ferdinand recalcó a Telegraph que lo que ocurre en esa sala es clave: "Ahí dentro todos tienen los ojos cuadrados. Pero es donde se produce la magia".
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