A partir de hoy entra en vigor en la ciudad de Nueva York la prohibición absoluta de fumar en parques y playas de la ciudad. En caso de incumplir esta norma, las multas se sitúan en torno a los 50 dólares, pero podrían elevarse hasta los 250 dólares.
La regulación afecta a los aproximadamente 1.700 parques y 20 kilómetros de playas de Nueva York. También las plazas Herald y Times Square se incluyen entre las zonas donde no podrá fumarse un cigarrillo.
Desde hace semanas hay carteles en Central Park que avisan de la entrada en vigor de la norma. Aunque el domingo aún se veían un par de cigarrillos, hace años que los fumadores son la excepción en los parques neoyorkinos.
El consejo de la ciudad decidió introducir la norma a fines de febrero, tras meses de enconados debates. "La prohibición nos ayuda a hacer los parques aún más bonitos", señalan las autoridades de la ciudad.
Entre los argumentos a favor de la norma figuran estudios que demuestran que, a pocos metros de distancia, el humo del tabaco tiene las mismas consecuencias para el fumador pasivo que en un espacio cerrado.
Sin embargo, la regulación también tiene sus detractores. "Que a los neoyorkinos se nos obligue a respetar estas normas supone que estamos en el camino hacia una sociedad totalitaria", dijo el concejal de Manhattan, Robert Jackson. El propio Jackson es corredor de maratón y no fumador.
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