domingo, mayo 29, 2011

Las otras rutas del Día del Patrimonio


Acostumbrado a llevar una bicicleta plegable en la maleta de su automóvil para recorrer la ciudad, el artífice del programa televisivo Citytour recomienda comenzar el trayecto en la Iglesia de Los Sacramentinos, que está ubicada en la calle Santa Isabel con Arturo Prat. Construida a partir de 1911 por Ricardo Larraín Bravo como un homenaje a la Basilique du Sacré Coeur, de París, es uno de los templos más solicitados para matrimonios, aún cuando su techo tiene goteras y el terremoto de 1985 echó abajo la cruz de tres metros de su cúpula central. "Desde ese punto urbano me trasladaría hacia el eje Bulnes, entre Parque Almagro y La Moneda, donde se puede advertir una manera de pensar la ciudad desde el punto de vista moderno. Luego me extraviaría en las galerías del centro, un patrimonio fantástico que aún no ha sido explotado como se merece y donde el peatón es celebrado", revela.

Sebastián Gray
Más que edificios percibidos como románticas piezas de museo, según este arquitecto de la UC, lo que hay que privilegiar es el recorrido por barrios que están en riesgo de desaparecer. "Preservarlos es hoy una tarea mucho más trascendente y urgente que conservar unos pocos inmuebles dispersos, ya que representan la historia viva, la idiosincrasia y las peculiaridades culturales de una ciudad", señala. Y comparte su ruta ideal: desde el barrio Matta-Viel hasta el sector de Elías de la Cruz, en Ñuñoa, hoy cercado por altas torres que se han levantado entre las avenidas José Miguel Infante, Dublé Almeyda y José Domingo Cañas. "Caminar por sus calles es como entrar en un planeta distinto", dice. También reconoce como una experiencia recorrer el sector de Beaucheff o el Llano Subercaseaux: esa "ciudad jardín" que surgió al mismo tiempo que El Golf, para acoger a la clase acomodada que emigró desde el centro de la ciudad en los años 30.
La calle Maruri, en Independencia, es otro reflejo del Santiago antiguo, el arrabalero. Según Gray, no se puede transitar por esa vía sin recitar a Neruda, pues a ese punto de la capital es que llegó el poeta cuando se vino de Parral. "En una pensión en el número 513 se sentó en el balcón a ver morir la tarde ", remata.
Teodoro Fernández
El autor del Parque Bicentenario de Vitacura evoca a otro genio que dejó su huella en la urbe: el científico polaco-chileno Ignacio Domeyko, de quien su familia todavía conserva su casa en la calle Cueto del sector de Yungay. "Otro imperdible es la Villa Portales", dice Fernández, sobre este conjunto construido entre 1954 y 1964 que se transformó en un icono. "Es el mejor ejemplo de arquitectura moderna dedicada a vivienda de interés social", señala el arquitecto, que continuaría el paseo apreciando las antiguas casas que Josué Smith Solar inmortalizó en la calle Miguel Claro, para luego deleitarse con la obra arquitectónica firmada en fierro de Luciano Kulczewski en la calle Keller de Providencia.

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