Cyrus, aprovechó su segundo día en Santiago para recorrer, y a las 17.20 horas de ayer, cuando poca gente circulaba por el Pueblito de los Dominicos -en Las Condes-, la cantante llegó rodeada de guardias -de la productora y de su staff- y acompañada por su madre, Tish, y miembros de su equipo, para hacer algunas compras.
Inmediatamente locatarios, curiosos y fans que se fueron pasando el dato se convirtieron en improvisados paparazzi, que siguieron el relajado vitrineo de la cantante, que parecía ni siquiera notar que era acosada por un grupo que crecía, y que era liderado por una escolar que lloraba desconsolada ante la negativa de los guardaespaldas de que se acercara a la diva.
Su primera parada fue una tienda de mascotas, donde estuvo por alrededor de 15 minutos, pero donde finalmente no compró nada. Luego llegó el turno de una tienda de artículos de lana que tampoco lograron convencerla. Lo que sí se decidió a comprar fue un cultrún, por el que desembolsó $ 160 mil y que compró a una locataria que confesó no tener idea de quién era Cyrus. Las adquisiciones siguieron con un cinturón de cuero y piezas de joyería. Su madre también se tentó, y en otra tienda dejó encargada una cartera.
Los comentarios de los curiosos no se dejaron esperar: entre las preguntas de distintos adultos sobre de quién se trataba, y el entusiasmo adolescente e infantil, tampoco faltó quien la calificó de "diva" por no dar autógrafos.
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