Miles de personas se apostaban en la ruta por la que pasará la caravana real horas antes de la boda entre el príncipe Guillermo y Kate Middleton.
Los presentes mantenían el ánimo a pesar de las nubes grises que se posaban sobre Londres.
Muchos estaban envueltos en banderas británicas y otros lucían sus rostros pintados con los colores del estandarte. Miles de personas acamparon durante la noche en frente de la Abadía de Westminster y el Palacio de Buckingham.
Las multitudes seguían llegando hacia esos dos puntos el viernes. Hasta los bebés participaban en el ambiente emotivo: un niño soñoliento iba en un coche decorado con banderas británicas que viajaba en un autobús después del amanecer.
Entusiastas de la boda real que acamparon a la intemperie tuvieron una sorpresa: el propio príncipe Guillermo los visitó. Salió de su residencia el jueves en la noche para saludar a múltiples personas que se reunían en las calles londinenses.
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