Gran confusión existe en el público de Lollapalooza, donde se analiza la opción de concretar los conciertos agendados en ese recinto de Parque O'Highgins, ante la enorme aglomeración de gente que esperó al norteamericano Devendra Banhart.
SANTIAGO.- Si lo de ayer podía ser calificado de colapso en La Cúpula, lo de hoy llegó realmente a niveles de riesgo mayor. Por ello, la organización de Lollapalooza debió repensar las presentaciones de esta tarde en ese escenario del Parque O'Higgins, en cuyas afueras se reunió hoy una verdadera multitud a la espera de ingresar, y entre la que ahora reina la confusión.
video del colapso aqui:
Si en las primeras horas de esta tarde una fila de personas estaba a la espera de que la capacidad del teatro cediera lo suficiente como para tomar el relevo, esa situación varió momentos después, hasta configurar una marea humana que pujaba peligrosamente contra las rejas de acceso al recinto.
Para hoy la expectativa era alta, sobre todo por la presentación de un músico destacado en los días previos como figura por descubrir en este festival: Devendra Banhart, programado inicialmente para las 15:30 horas, y quien a a esta hora concreta el que pudo haber sido el último show en ese escenario.
Sin embargo, aunque se barajó esa opción, ello no ocurrirá, y en cambio se optó por obligar al desalojo del recinto, de modo que las 2.500 personas que ahora repletan La Cúpula cedan su lugar a los fans de grupos como The Drums y Cold War Kids.
Cerca de 30 efectivos de Carabineros y un carro lanzaguas debieron controlar la situación en el Parque, ya que en las afueras del teatro la ansiedad crecía entre el público, que fue obligado a dispersarse, en medio de sonoras quejas.
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Si en las primeras horas de esta tarde una fila de personas estaba a la espera de que la capacidad del teatro cediera lo suficiente como para tomar el relevo, esa situación varió momentos después, hasta configurar una marea humana que pujaba peligrosamente contra las rejas de acceso al recinto.
Para hoy la expectativa era alta, sobre todo por la presentación de un músico destacado en los días previos como figura por descubrir en este festival: Devendra Banhart, programado inicialmente para las 15:30 horas, y quien a a esta hora concreta el que pudo haber sido el último show en ese escenario.
Sin embargo, aunque se barajó esa opción, ello no ocurrirá, y en cambio se optó por obligar al desalojo del recinto, de modo que las 2.500 personas que ahora repletan La Cúpula cedan su lugar a los fans de grupos como The Drums y Cold War Kids.
Cerca de 30 efectivos de Carabineros y un carro lanzaguas debieron controlar la situación en el Parque, ya que en las afueras del teatro la ansiedad crecía entre el público, que fue obligado a dispersarse, en medio de sonoras quejas.
Fiesta paralela
Paradójicamente, a 300 metros de distancia, en el Claro Stage de la elipse, una verdadera fiesta es la que armó el grupo chileno Chico Trujillo, quienes reunieron a cerca de diez mil personas dispuestas a bailar su exitosa cumbia chlombiana.
Tras la apertura con la cadenciosa "La pollera amarilla", apareció en escena el vocalista Aldo "Macha" Asenjo para despachar temas tan infalibles como "Camión", "La cosecha de mujeres" y la cada vez más popular "Loca".
El grupo invitó a Álvaro España para interpretar "La escoba", y fueron además los únicos -tras el esbozo de Todos Tus Muertos- de aprovechar su tiempo para promover una iniciativa o discurso, en este caso a favor del pueblo Mapuche.
Previaente, en el Coca-Cola Zero Stage, había sido el turno de los norteamericanos 311, quienes explotaron su añosa fórmula de rap metal desde la apertura, con el tema "Down". Canciones como "Jack pot", "Beautiful disaster" y "Come original" siguieron la línea, de la que se apartaron para mostrar su faceta más "adulta" con el cover de "Love song" (The Cure), en claves de reggae blanco.
En La Cúpula, en tanto, los fuegos los había abierto al mediodía el grupo metalero Mundano, que actuó para un puñado de asistentes, y el quinteto de rock, rap y jazz Cómo Asesinar a Felipes, que se presentó ante una audiencia creciente.
En la Arena, en tanto, lo primero en sonar fue la fusión de electrónica y raíces andinas del trío Matanza, también para una audiencia escasa, pero entusiasta, que creció con el show de la cantante Javiera Mena, quien presentó un concierto renovado.
A la chilena, que despachó temas como "Luz de piedra de Luna", "Primera estrella"
y "Sol de invierno" (a dúo con Gepe), siguió el mexicano Toy Slectah, quien concretó un set ante cerca de 600 personas.
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