"Después de la muerte el 12 de marzo de Ali Hassan Al Jaber, cámara de la cadena Al Yazira, este nuevo drama nos recuerda el precio que pagan los periodistas al servicio de la información", dijo un portavoz ministerial.
El Ministerio hizo hincapié por ello en la atención que presta Francia a la protección de los periodistas en los conflictos armados y señaló que a iniciativa gala la resolución 1.973 condena "los actos de violencia e intimidación que las autoridades libias cometen contra los profesionales de los medios".
Esa resolución adoptada por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas contra Libia compromete también al país a respetar las obligaciones contraídas por el derecho internacional humanitario, recordó el portavoz.
DESPLIEGUE DE TROPA,SE ANALIZA,PERO AUN NO:
Cameron salió al paso a las aseveraciones de Trípoli acerca de que los aliados violan la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU que dispuso una zona de exclusión aérea en esa nación, sin ocupación terrestre.
El gobierno libio criticó la decisión anunciada esta semana por Reino Unido, Francia e Italia de enviar asesores militares a Bengazi para ayudar a la rebelión armada a organizarse.
La administración del líder libio Muamar El Gadafi estimó que la asistencia extralimita el mandato de la ONU, mientras analistas coincidieron en que eso es "lo más parecido a una intervención terrestre".
Por eso el primer ministro británico insistió este jueves en que la misión militar que comanda la OTAN en territorio libio no se encamina a un despliegue de sus tropas de infantería.
Cameron aseguró que la OTAN y los aliados no desplegarán soldados en ese país norteafricano, aunque insistió en que se debe "incrementar la presión" y adoptar sanciones adicionales.
El gobernante británico discutió con el presidente estadounidense, Barack Obama, las acciones que tomarían para aumentar la presión militar, diplomática y económica sobre el gobierno de Trípoli.
Reino Unido, artífice de la invasión militar a Libia junto con Estados Unidos, ha coqueteado con una eventual operación terrestre en esa nación norafricana, bombardeada desde el 19 de marzo último con la anuencia de la ONU.
Las autoridades británicas insistieron en entrenar a grupos de insurgentes libios antes de iniciar cualquier negociación por un alto el fuego, el cual condicionan a la renuncia de El Gadafi.
Italia, país que desempeña un papel estratégico en las acciones, defendió una intervención terrestre en Libia y bombardeos selectivos sobre zonas urbanas para alcanzar el éxito de la ofensiva militar.
El canciller Franco Frattini dijo que para lograr el triunfo de la misión militar son necesarios instrumentos rechazados por la comunidad internacional como la invasión por tierra y los ataques selectivos.
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