lunes, abril 04, 2011

¡¡¡ Confirmado Hay Lollapalooza Chile 2012 en el mes de Abril nuevamente!!!


Pudo haber sido una sutil señal de que la segunda parte de Lollapalooza Chile capitalizaría su jornada más intensa, su instante de gloria definitivo y su día con las postales más memorables. El trance en que timbró las expectativas asomadas en su debut del pasado sábado: cerca de las 12 horas, cuando el evento aún despertaba y la gente ingresaba con la parsimonia propia de un domingo por la mañana, no más de 100 personas llegaban hasta el Claro Stage, uno de los escenarios centrales, a mirar el show de Quique Neira, cantante de ya numerosas apariciones en eventos de todo calibre.
Pero lo que olía sólo a un número de apertura sepultado por los peces gordos, terminó siendo un espectáculo digno de un buen aperitivo y huella de la serie de hechos que marcaron la jornada que coronó la superestrella pop Kanye West: el ex Gondwana apareció cerca de 10 minutos tarde, dijo que no había dormido nada tras otra tocata, se disculpó por no hablar de manera fluida, invitó al escenario al colectivo rapero Movimiento Original, cantó con su hijo y advirtió que no se iba a ir hasta que subiera su sobrino, detonando los nervios de la organización. Cuando el chileno seguía con su show -ya pasados varios minutos del horario acordado-, en el escenario contiguo, el Coca Cola Zero Stage, la rapera española Mala Rodríguez aún no podía saltar bajo los focos: varios problemas técnicos retrasaron en media hora su espectáculo, aunque su impronta sexual y sus aires de dominatrix calmaron la impaciencia.
En las mismas tarimas, la cruza de punk, ska y reggae de Todos tus Muertos, la rudeza sónica de 311 (que partieron con su hit Down), la cumbia fiera de Chico Trujillo y, por sobre todo, la pirotecnia de The Flaming Lips regalaron el mismo efecto: vértigo, adrenalina y toneladas de instantáneas para la bitácora. Sobre todo los paradigmas de la neosicodelia, cuyo líder, Wayne Coyne, apareció en la burbuja especial que usa para caminar sobre el público, un truco que ha hecho propio y que ha convertido en uno de los mayores juguetes visuales de los festivales del hemisferio norte.
Sobre la noche, tres de los más esperados de la cita: 30 Seconds to Mars, Jane's Addiction y Kanye West. Con un público juvenil y una propuesta de maquillaje adolescente que marcó distancia con el resto del menú, la banda del actor Jared Leto subió a una treintena de fans a escena y por momentos desafió la seguridad. Cerca de 15 mil fans que vieron al cantante coronarse como un maestro de ceremonia lleno de anzuelos para la seducción inmediata, todo aderezado con temas como The kill y From yesterday.

Por otro lado, el conjunto de Perry Farrell, mentor y gran jefe del espectáculo, detonó una descarga eléctrica atiborrada de menciones a Chile, como alguien que quiere mimar a su nuevo amigo: tomó vino, lanzó un "Viva Chile mierda" y despachó lo más granado de la agrupación. West, la mayor superestrella del cartel, partió cerca de las 21 horas. Aunque su habilidad para rapear y montar un sonido que mezcla piezas ajenas y sonidos propios es íntegra, la puesta en escena fue simple y apenas coronada por una pantalla vertical y un telón con luces. El norteamericano se paseó por una pasarela que daba hacia el público y mezcló éxitos con temas de su último álbum. En el escenario electrónico, enclavado en el Movistar Arena, destacaron Javiera Mena y Armin van Buuren. En cuanto al público, la organización informó de 50 mil asistentes, con una masa más diversa y transversal que en la jornada debut.
Los problemas
Pero donde la cita vivió su mayor grado de alteración fue en el Tech Stage, ubicado en La Cúpula. Igual que ayer, el recinto no dio abasto. Simplemente, colapsó. Aunque con sus números de apertura -los chilenos Mundano, Cómo asesinar a Felipes y Fother Muckers- ya estaba lleno y se avizoraba que el lugar rozaría el aspecto de una caldera, con el venezolano Devendra Banhart el panorama fue asfixiante: había 2.300 fans adentro y afuera quedaron cuatro mil (ver página 36).
Junto con la organización, Carabineros decidió desalojar a todos los presentes y retrasar el show siguiente (Cat Power). Los efectivos de seguridad acordonaron el sitio y no dejaron pasar a nadie, detonando la furia de los postergados. "Estaba tan lleno que se pudo haber comprometido la salud", precisó Jorge Fernández, jefe de Carabineros encargado de la cita. Para el show de Power, marcado por su fibra íntima, se dejó entrar a no más de 1.500 personas.
Ante el tema, y cinco horas antes de que terminara Lollapalooza, el director de marketing de Lotus Producciones, Maximiliano del Río, hacía sus primeros análisis: "Estamos contentos, porque es un festival que ha cumplido con los estándares que nos habíamos autoexigido, aunque sabemos que hay cosas que han fallado".
Dentro de los puntos "a mejorar" está la decisión de qué grupos poner en el cuestionado teatro La Cúpula. "En parte empaña el total, pero este es el primer año. De todas maneras, vamos a seguir ocupando la Cúpula porque es un lugar increíble", sentencia, dejando claro también que no sólo habrá un Lollapalooza Chile 2012, sino que se hará en el Parque O'Higgins.
Sigue en abril
Para el evento del próximo año, la producción tiene pensado también mantener la fecha y vender boletos antes de revelar el cartel. "Queremos que siempre sea la primera semana de abril, pero puede ser que el otro año tope con Semana Santa, así que se podría mover una semana", explica, asegurando que ya tienen nombres confirmados, los que prefiere no adelantar. "Sí puedo decir que son bandas que siempre habíamos querido".
Frente a todas estas constantes, sí hay algo que podría cambiar, aunque la productora local ni siquiera lo ha empezado a analizar: la posibilidad de hacer tres días en vez de dos. "Los gringos se volvieron locos y querían alargar a tres días, pero por ahora son dos", sentencia. Perry Farrell, uno de los socios estadounidenses de esta apuesta, también tuvo palabras amables en su evaluación: "Todos los músicos con que he hablado que no habían venido antes encontraron que este era un muy buen lugar, y cuando les preguntaba '¿te gustaría volver?' me decían que sí, de todas maneras. He tenido una gran sensación", comentó. Ahora Farrell vuelve a EE.UU. para terminar de organizar la edición estadounidense del festival. En él participarán bandas chilenas que conoció en estos días y cuyos nombres prefiere no adelantar.

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