Atrás están quedando esas cintas triple X con máquinas sexuales, eróticas enfermeras y sin ninguna trama. Hoy, hay mujeres que dirigen películas porno para un público femenino, y prometen representar el punto de vista de su audiencia, preocupándose de los escenarios, actores y el motivo que une sexualmente a sus personajes.
Lejos de las escenas explícitas de proxenetas rudos demostrándole a su representada quién manda o de bibliotecarias ninfómanas que cumplen el sueño erótico del tímido lector, algunas mujeres han dado inicio a un movimiento que surgió de manera espontánea para representar las fantasías femeninas con películas pornográficas hechas para ellas.
“No pienso sentarme y esperar a que la industria de la pornografía reaccione, y que ella misma reevalúe sus creencias básicas y arraigadas sobre la sexualidad femenina”, escribe la directora Erika Lust (lujuria, en inglés), una de las máximas representantes de este estilo de cine, en su Manifiesto “Por un nuevo cine explicito inteligente, femenino y feminista”.
Esta sueca y creadora de películas como “The good girl” y “Cinco historias para ellas”, ha ganado diversos premios en el Festival de Cine Erótico de Barcelona y en los Feminist Porn Awards -los Premios de Pornografía Femeninna- que se celebran desde el año 2006 en Toronto. Tal vez su éxito se basa no sólo en su mirada novedosa del cine triple X, sino que también por su preocupación en la estética, escenarios, actores e historias que enseña. Porque sí, a diferencia del porno común, el cine femenino de sexo explícito quiere tentar a su audiencia con mujeres más reales y explicando cómo fue que una pareja terminó haciendo el amor. En resumen, intentan tener una trama.
La también autora del libro “Porno para mujeres” y licenciada en Ciencias Políticas, -especializándose en feminismo, en la Universidad de Lund-, hoy ya cuenta con su propia productora y editorial, Lust Films & Publications of Barcelona, en las que refuerza la mirada pro mujer en el ámbito sexual. “Producimos películas para adultos. Publicamos libros y revistas eróticas. Nuestros trabajos hablan sobre sexo, lujuria y pasión. Disfrutamos excitarte y excitar tu mente. Hacemos el amor, no el porno. Y hacemos todo esto con un enfoque femenino, estético e innovador”, anuncian en su sitio web.
“La sexualidad de las mujeres es fuerte en su expresión. Quizás eso preocupe a algunos hombres, quizás prefieren pensar que sólo las sucias, las prostitutas y las calentonas son sexualmente atractivas, y que el resto de mujeres son seres inocentes. A muy pocos hombres les gusta pensar en la sexualidad de sus madres, hermanas o hijas. Y es que todas somos seres sexuales”, asegura la directora, quien también espera que su trabajo y el de sus colegas sirvan a personas como su hija a comprender su sexualidad desde el punto de vista de la mujer, y no sólo con la mirada masculina que suele tener el material triple X, tanto para hombres hétero como homosexuales.
“Es un prejuicio decir que a las mujeres no les gusta el porno (...) Las imágenes de sexo excitan, pero la pornografía ha sido hecha por y para hombres. En el porno corriente todo se trata del placer masculino y las mujeres son sólo objetos. (En las películas), el sexo oral para los hombres puede durar para siempre, pero cuando llega el turno de las mujeres, dura diez segundos. El orgasmo femenino no es tema en la mayoría de las películas. Y las mujeres son mostradas generalmente como prostitutas, lo que es triste”, comentó Lust a “The guardian”.
“No pienso sentarme y esperar a que la industria de la pornografía reaccione, y que ella misma reevalúe sus creencias básicas y arraigadas sobre la sexualidad femenina”, escribe la directora Erika Lust (lujuria, en inglés), una de las máximas representantes de este estilo de cine, en su Manifiesto “Por un nuevo cine explicito inteligente, femenino y feminista”.
Esta sueca y creadora de películas como “The good girl” y “Cinco historias para ellas”, ha ganado diversos premios en el Festival de Cine Erótico de Barcelona y en los Feminist Porn Awards -los Premios de Pornografía Femeninna- que se celebran desde el año 2006 en Toronto. Tal vez su éxito se basa no sólo en su mirada novedosa del cine triple X, sino que también por su preocupación en la estética, escenarios, actores e historias que enseña. Porque sí, a diferencia del porno común, el cine femenino de sexo explícito quiere tentar a su audiencia con mujeres más reales y explicando cómo fue que una pareja terminó haciendo el amor. En resumen, intentan tener una trama.
La también autora del libro “Porno para mujeres” y licenciada en Ciencias Políticas, -especializándose en feminismo, en la Universidad de Lund-, hoy ya cuenta con su propia productora y editorial, Lust Films & Publications of Barcelona, en las que refuerza la mirada pro mujer en el ámbito sexual. “Producimos películas para adultos. Publicamos libros y revistas eróticas. Nuestros trabajos hablan sobre sexo, lujuria y pasión. Disfrutamos excitarte y excitar tu mente. Hacemos el amor, no el porno. Y hacemos todo esto con un enfoque femenino, estético e innovador”, anuncian en su sitio web.
“La sexualidad de las mujeres es fuerte en su expresión. Quizás eso preocupe a algunos hombres, quizás prefieren pensar que sólo las sucias, las prostitutas y las calentonas son sexualmente atractivas, y que el resto de mujeres son seres inocentes. A muy pocos hombres les gusta pensar en la sexualidad de sus madres, hermanas o hijas. Y es que todas somos seres sexuales”, asegura la directora, quien también espera que su trabajo y el de sus colegas sirvan a personas como su hija a comprender su sexualidad desde el punto de vista de la mujer, y no sólo con la mirada masculina que suele tener el material triple X, tanto para hombres hétero como homosexuales.
“Es un prejuicio decir que a las mujeres no les gusta el porno (...) Las imágenes de sexo excitan, pero la pornografía ha sido hecha por y para hombres. En el porno corriente todo se trata del placer masculino y las mujeres son sólo objetos. (En las películas), el sexo oral para los hombres puede durar para siempre, pero cuando llega el turno de las mujeres, dura diez segundos. El orgasmo femenino no es tema en la mayoría de las películas. Y las mujeres son mostradas generalmente como prostitutas, lo que es triste”, comentó Lust a “The guardian”.
Es común que se considere a las mujeres un público poco interesado en la pornografía. Sin embargo, las pautas sexuales entre hombres y mujeres son los que indican qué les gusta a ellos y ellas, más que señalar la realidad. Así lo explica al mismo medio británico la experta en género de la Universidad de Graz, Verena Chiara Kuckenberger. “Para las mujeres, admitir que se experimenta placer al ver pornografía significa superar los estereotipos sobre la sexualidad femenina. Hay mujeres que no quieren consumirla, pero al mismo tiempo hay una potencial audiencia femenina del porno, y diría que es más grande de lo que se cree hasta ahora y va a aumentar a medida que nuestra sociedad supere los estereotipos de género”, comentó.
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