Los edificios Don Tristán, Don Luis y Hermanos Carrera de Maipú se convirtieron en el símbolo de la destrucción que dejó el terremoto en Santiago.
Pese a que aún existe un proceso penal y civil entre los ex habitantes de los condominios y la inmobiliaria Mujica y González, esta semana se aprobó el traspaso de $ 390 millones desde la Subsecretaría del Interior hacia la Intendencia Metropolitana, para derribar los departamentos, y todo indica que las obras podrían comenzar antes de fin de año.
El intendente metropolitano, Fernando Echeverría, afirma que el gobierno regional hizo los estudios técnicos para demoler los edificios y el 4 de noviembre, la Contraloría General de la República autorizó el financiamiento para echar abajo los conjuntos. "El Ministerio del Interior nos proveyó de los fondos para llevar a cabo el derribo. (...) Esperamos que sea antes de que termine el año", agrega.
Cabe recordar que el 5 de marzo, la Municipalidad de Maipú decretó la necesidad de botar los edificios siniestrados, ya que existía peligro de que cayeran. Durante este tiempo, se debatió quién se hacía cargo del financiamiento, debido a que los vecinos no podían asumir esos costos.
Los tres edificios tenían urgencias distintas para ser derribados. "Mientras el Don Luis está ladeado sobre otras propiedades, el de los Hermanos Carrera se encuentra junto a dos edificios que no sufrieron daños. El Don Tristán tiene varios vehículos atrapados y hay que ver si sus dueños pueden rescatarlos", comenta el alcalde de la comuna, Alberto Undurraga.
Además del peligro de derrumbe, la situación de los condominios ha generado un deterioro en todo el vecindario. "A los departamentos deshabitados han llegado ratones, lo que afecta a los demás vecinos", dice la diputada Mónica Zalaquett.
El estado de abandono en que se encuentran los edificios lo confirma Magaly Naranjo, quien vive frente al Don Tristán. "Hemos tenido serios problemas de moscas y roedores, pero lo más complicado es que roban todas las noches. Se llevan los aluminios y sanitarios y es un constante peligro para la comunidad", recalca.
Antes de fin de año
Según informa el intendente Echeverría, sólo quedan algunos temas legales inconclusos. "Falta que todos los familiares autoricen el derribo. Algunos tienen asuntos pendientes con los seguros (...). Tan pronto se resuelva eso, buscaremos una empresa para que se haga cargo de la demolición, lo que nos tomará un mes.
A pesar de que la mayoría de los propietarios ha finiquitado su situación con las aseguradoras, hay 12 familias que mantienen un litigio con un banco. Esto, debido a que la tasación de la póliza que contrataron no cubrió todos los daños ocasionados. La entidad financiera ofreció cancelar la deuda, pero asimismo, quedarse con la participación de los clientes en los terrenos de los edificios. Algo que ha sido rechazado por las familias.
El abogado de éstas, Alberto Morgado, señala que hasta el momento, se han despejado varios puntos para concretar la demolición. "Están los peritajes legales, los vecinos fueron avisados del derribo y se confirmó el financiamiento", dice. Según él, queda un tema: "El BancoEstado es el que más problemas les ha dado a los clientes y está retrasando todo el proceso de demolición", acusa.
El alcalde Undurraga indica que con los dineros entregados para empezar con las obras, queda resuelto que es el gobierno el que se hace cargo de la demolición. "Apenas la Intendencia diga cuáles son las empresas que se harán cargo, nosotros hablaremos con ellas y con los vecinos", dice.
Para los antiguos habitantes de los edificios, el hecho de que existan los fondos es un gran paso. "El proceso fue lento, a pesar de que los edificios están a medio caer. Para nosotros, algo menos de qué preocuparnos", explica Alejandra Monasterio, vocera de los propietarios del Don Luis.
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