Con cada nuevo estreno universal pasa lo mismo. Tanto los cines como las distribuidoras tienen que ponerse especialmente atentos para asegurarse de que los hábiles piratas no graben la película en sus primeros días en pantalla y luego la suban a internet.
Para el esperado debut de "Harry Potter y las reliquias de la muerte: parte 1" se verá este despliegue en todo su esplendor. La película debuta en salas chilenas el 18 de noviembre, un día antes que en Estados Unidos. Por eso, Warner, dueña de los derechos del filme, se prepara para evitar que de Chile se filtre una copia ilegal. Contrató a la empresa Prosegur, la que tendrá guardias en las salas de cine del país cuidando que no haya nadie captando la pantalla con algún instrumento de filmación.
"Los guardias circularán los primeros días del estreno, que es cuando los consumidores de piratería están más ávidos de conseguirla y los piratas de satisfacer la demanda", explica el gerente general de Fox-Warner en Chile, Hernán Viviano. El número de guardias es relativo, y dependerá de cuántas salas tenga cada complejo y del horario en que se exhiba la película. "Esto se viene haciendo un par de años atrás a nivel de industria y hace más de un año que los guardias usan lentes de visión nocturna en Chile para detectar si hay alguien grabando dentro de la sala".
Las distribuidoras no son las únicas que toman medidas. En Cinemark, por ejemplo, han dispuesto personal que revise constantemente las salas según una pauta previamente establecida. "Si alguien está grabando con un elemento que no es una cámara, se le pide que lo apague. Si continúa, se los invita a dejar la sala", explica Christian Salas, gerente de operaciones de la multisala. Viviano agrega: "Si es una filmación ilegal profesional, se llama a Carabineros y se ve de quién se trata y por qué lo hace".
Un caso así fue el que vivió Claudio Rodríguez, alias Romeo, ex administrador del sitio web El Antro, quien desde septiembre de este año enfrenta un proceso legal por haber sido sorprendido filmando dentro de una exhibición de "Una noche en el museo 2", en mayo de 2009. Su historia es citada como un ejemplo de que el método de los guardias funciona, pero él cree que hay un problema de fondo que no está siendo tratado. "Esas medidas son muy básicas. No es la forma de disminuir la piratería. Es un problema de los precios del cine, la gente que no tiene cómo pagar una entrada siempre va a recurrir a los piratas", dice.
Aunque hace dos meses pesa sobre él una medida cautelar que le impide ir al cine, dice que desde el año pasado que no va. "Lo que hice fue una imbecilidad, y por ello pasé un momento muy feo. Pero no fue con intención de comercializar, porque no se gana dinero compartiendo por internet", dice el oriundo de Talcahuano, que ahora tiene un servicio técnico en Concepción. "Yo no soy ni siquiera un pelo de la cola de lo que es la piratería, y es algo que no van a poder parar mientras sigan abiertas las posibilidades de compartir en internet".
Rodríguez afirma que hoy en día las películas que se suben a la red, en general, no son grabadas de los cines, sino pirateadas de los DVD promocionales que se filtran desde la producción de la película. Un ejemplo es lo que pasó con "RED", que estaba disponible en internet incluso antes de su estreno en EE.UU.
En este último enfrentamiento, ya no son necesarias las presentaciones. Luego de 13 años -con siete libros publicados y seis películas estrenadas- Harry, Ron y Hermione tienen fans suficientemente instruidos para prescindir de cualquier introducción. En esta séptima película -primera parte basada en el último volumen, "Harry Potter y las reliquias de la muerte"- el héroe de la taquillera saga ha aceptado su destino: enfrentarse de forma definitiva y destruir a su archienemigo, Voldemort. Harry recomienda a su familia mortal adoptiva, los Dursley, huir y esconderse. Y Hermione debe con dolor hechizar a sus padres humanos para que la olviden, protegiéndolos de cualquier ataque.
Son casi dos horas y media de una aventura donde hay acción, pero muy poco humor. Con su mentor, Dumbledore, muerto, Harry y sus aliados no tienen razones para reír. La misión en este episodio es buscar los "horrocruxes", una serie de objetos en los que Voldemort repartió su alma, para destruirlos y así convertir al malvado en mortal y poder acabar con él. La travesía los obliga a olvidarse de Hogwarts (la emblemática escuela de magia ni se ve en esta película) y recorrer varios lugares mágicos mientras intentan escapar de sus enemigos y de los "carroñeros", recolectores de magos buenos que son llevados a un ministerio de la magia controlado por "mortífagos" (los secuaces de Voldemort).
Los productores saben que los fans del niño-mago son de cuidado, por lo que mantienen la tónica de fidelidad respecto del libro. En la cinta, Ron comienza a ser invadido por celos y se separa de Harry y Hermione. Afortunadamente, reaparece en el momento adecuado. Los tres también viven un gran riesgo entrando al ministerio e incluso son atacados en plena boda de Bill Weasley (hermano de Ron) con Fleur Delacour.
Quienes no hayan leído los libros deberán soportar tres muertes de personajes muy queridos en la saga. De hecho, esta primera parte termina con la lacrimógena escena de una de ellas. Quienes sí lo hayan leído sabrán que esta primera mitad es sólo el comienzo. Que quedan más aventuras peligrosas por delante y que el conteo de decesos sólo aumenta. El desenlace, en "Harry Potter y las reliquias de la muerte: Parte 2", debutará en Chile el 14 de julio de 2011. A seguir esperando.
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