El presidente pasó su primera mañana en una mansión vacacional que vale millones de dólares en Hawai, y que su familia rentó en el área de la playa de Kailua, cerca de Honolulú. No hizo su acostumbrada sesión matutina de gimnasio y fue al campo de golf más tarde.
La primera dama Michelle Obama, en tanto, adoptó el espíritu navideño ayudando al NORAD a rastrear a Santa. El Mando de Espacio Aéreo de Norte América (NORAD, por sus siglas en inglés) les ha dicho a los ansiosos niños la ubicación de Santa Claus cada año desde 1955.
La Casa Blanca y la primera dama respondieron varias llamadas de niños de todo el país, quienes querían saber qué tan cerca estaba de sus hogares Santa Claus, conocido en otros países latinoamericanos como San Nicolás, Papá Noel o Viejo Pascuero.
Se espera que la familia Obama pase la Nochebuena en casa con amigos y familia.
El viaje anual del presidente en diciembre al estado en el que nació por poco y se cancela. Había planeado llegar a Hawai el 17 de diciembre, pero retrasó su salida mientras el Congreso intentaba destrabar las negociaciones para extender los recortes del impuesto a nóminas.
El acuerdo se alcanzó el viernes por la mañana. Horas después, el presidente abordó el avión presidencial rumbo a Hawai para reunirse con su esposa y sus hijas, quienes viajaron antes que él.
La primera acción de Obama cuando llegó fue llevar a su esposa a cenar. La pareja se reunió con algunos amigos en el restaurante Morimoto, uno de sus favoritos en la isla de Oahu.
El presidente no tiene planeado ningún acto público en Hawai. Un pequeño grupo de asesores lo acompañaron para darle informes sobre sucesos nacionales e internacionales.
Se espera que la familia Obama regrese a Washington poco después del día de Año Nuevo.
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