En Milwaukee, la ciudad en la que se han puesto grandes posters con la imagen en los paraderos de buses, la intensión del Departamento de Salud de la ciudad es evitar que la cifra de nueve guaguas muertas en lo que va del año, debido a ambientes inseguros para dormir, siga creciendo.
Sin embargo, varias madres han alegado en contra de la campaña, debido a la violenta escena que muestra y defienden a ojos cerrados el compartir el sueño con sus guaguas, como una forma de mantener el vínculo madre e hijo y por entregar mayor comodidad a la mamá que da pecho y que debe levantarse a mitad de la noche para alimentar al lactante.
“Dormir juntos puede se puede hacer de una manera muy segura y es realmente beneficiosa para un recién nacido”, asegura Kim Smith en una petición colectiva –hecha a través de una página web- para solicitar que, en vez de prohibir el llevar a la cama matrimonial a las guaguas, se enseñe a cómo hacerlo de forma correcta. “Dormir juntos (...) reduce el estrés por la separación (entre madre e hijo) durante la noche y facilita el amamantamiento”, continúa la mujer, enojada por la “difamación” que se está haciendo en Milwaukee de “una de las prácticas de crianza de los mamíferos más naturales que se conocen”.
Sin embargo, no son pocos los expertos que coinciden con la campaña adoptada por las autoridades de la ciudad norteamericana. De hecho, la misma Academia Americana de Pediatras (AAP, por si sigla en inglés), recomienda que las guaguas duerman, si se quiere, en la misma pieza, pero no en la misma cama, para así evitar exactamente lo que advierte la polémica campaña, y, sobre todo, la muerte súbita del menor.
“La posición y la ubicación de la guagua al dormir, es una de las pocas cosas que está demostrado, disminuye el riesgo de muerte súbita”, asegura la neonatóloga de la Clínica Santa María, Carolina Gandolfi, coincidiendo con las opiniones internacionales.
Como explica, la posición de más riesgo es boca abajo y con peligro intermedio es de lado. La más segura, por lo tanto, es de espaldas en su cuna. “Eso involucra un colchón duro, que la guagüita no se hunda y obviamente, todas esas precauciones no se pueden tomar cuando la guagua está en la mitad de la cama, entre el padre y la madre”, agrega.
“Me tocó ver en hospitales, a una guagüita que murió asfixiada, justamente porque la mamá la sofocó al darse vuelta, y también he visto por lo menos un par de fracturas de cráneo, porque las mamás se quedaron dormidas y la guagua se cayó al suelo”, recuerda Gandolfi.
Es por eso que ella recomienda que hasta los seis meses, el lactante duerma en la misma habitación que sus padres -debido a que ése es el período de mayor riesgo de muerte súbita- pero no en la misma cama. Luego, lo mejor es que el menor descanse en su propia pieza, ubicada preferentemente lo más próxima a la matrimonial.
Por su parte, la AAP no recomienda el uso de almohadas en las cunas o moisés, ni tampoco de edredones o colchas. Si un material así es utilizado para aislar la humedad, bajo la sábana, es importante que éste quede completamente liso y que no permita que el colchón quede separado de las paredes de la cuna.
Además, se debe evitar que la guagua se quede dormida en asientos o andadoras, ya que, como explica la Academia de Pediatras, se “podrían tomar posiciones que pueden crear un riesgo de asfixia u obstrucción de las vías respiratorias”.
