A Marcela le fascina vivir con Felipe. Ambos son ingenieros, les gusta salir de noche, ir al cine, juntarse con sus amigos. "Parecemos almas gemelas", dice ella. Tanta era su "química" que terminaron casándose hace un año. Han aprendido a vivir juntos, acomodar sus horarios y superar sus diferencias. Lo clásico en un matrimonio, excepto por algo: ella tiene 11 años más que él. Un hecho queha sido motivo de rumores, chistes y discusiones en su entorno cercano, pero que no logró evitar que Marcela (46) y Felipe (35) estuvieran juntos, incluyendo a las dos hijas que ella tuvo con su pareja anterior.
Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), las mujeres mayores de 45 años casadas con hombres menores que ellas han aumentado en un 23% en 10 años. Y aunque la cifra aún es marginal -478 casos en 1998 contra 622 en 2008-, el aumento da cuenta de un fenómeno que también se replica entre los convivientes y que revela, según los expertos, una flexibilización en los roles de género -en ambos sexos- y un cambio en la forma en que hombres y mujeres viven sus relaciones de pareja. "Ya nada es tan rígido. Las personas hoy se sienten cada vez con más libertad de optar por parejas que las satisfagan, aunque eso no coincida con los cánones etarios", explica Michelle Sadler, directora e investigadora de CulturaSalud y docente de la U. de Chile.
El fenómeno es global: un 34%de mujeres sobre los 40 años en Estados Unidos están o han salido con hombres más jóvenes, de acuerdo con una encuesta realizada por por la American Association of Retired People. Y un 35% de estas mujeres prefiere como pareja ideal a hombres 10 años menores que ellas. ¿Por qué?
Menos aburridos
Tanto en Chile como en el mundo las mujeres sobre 45 años que están saliendo con hombres menores que ellas tienen un perfil claro: son separadas, autónomas y tienen un buen nivel socioeconómico, dice Susana Ifland, terapeuta de parejas y directora de la Sociedad Chilena de Sicología Clínica.
A diferencia de cuando tenían 20 años menos, ahora saben muy bien lo que quieren. Y eso no está en los hombres de su generación ni menos en los mayores que ellas. "En los jóvenes ellas encuentran lo que no tienen los hombres de edad: un partner con quien disfrutar la vida. Los hombres de su edad que están disponibles son en la mayoría de los casos separados, ya han hecho muchas cosas y no están tandispuestos a acompañarlas a bailar, ir a escalar, etc. Son más quedados", dice Ifland.
La mayoría de los hombres jóvenes, en cambio, no han tenido hijos (porque no quieren o no pueden tener esa responsabilidad aún) y no cargan con grandes responsabilidades, lo que les da más libertad y vitalidad para salir. A ellos les atrae de ellas su experiencia, seguridad y el acceso a cosas nuevas.
Es lo que le pasó a Patricio (30). Conoció a su pareja, 10 años mayor que él, en el trabajo. Para él, la edad nunca ha sido tema. De hecho, cuenta, no es la primera vez que opta por una mujer de más edad. En su época universitaria tuvo una polola 15 años mayor. ¿Qué lo seduce de ellas? Su independencia, dice casi sin pensar. "Las mujeres de tú misma edad celan mucho más. En mi caso, esta es una relación libre, de mucha confianza y muy sana. Una mujer con un matrimonio a cuestas o que ya ha tenido más relaciones serias en su vida, tiene una manera distinta de relacionarse. No te joden por cosas chicas".
Hijos y amigos
Edmundo Campusano, sicólogo y académico de la U. Mayor, dice que para la existencia de estas parejas ha sido crucial el cambio de switch que han experimentado las mujeres tras separarse. Algo que ha visto en su consulta. "Hace 30 años una mujer separada estaba prácticamente condenada", expresa. Hoy, en cambio, ellas dan vuelta la página rápidamente, dice.
Los expertos dicen que dos son los obstáculos que deben superar para sobrevivir como pareja: que ellos quieran tener sus propios hijos (y ellas ya no estén en edad para dárselos) y que no sepan adaptarse a las redes sociales que cada uno posee y que también están marcadas por la diferencia de edad. Para Pedro, este último punto no fue un problema. "Siempre está la broma inicial, pero más que eso no. Nos fuimos adaptando, y por suerte tengo amigos con amplitud de criterio", dice.
Con los hijos, sin embargo, llegar a consenso no es tan fácil, dice Campusano. Esto, porque son un proyecto vital, y cuando no hay acuerdo suele haber ruptura. "Muchas veces ellas ya cerraron la fábrica de tener hijos. Pero a sus parejas en cualquier momento se les puede activar la paternidad". A eso se suma la presión familiar por los nietos. "Las familias tratan de poner a los hombres en contacto con lo tradicional, les piden hijos y ellas muchas veces ya no pueden dárselos. Entonces les tratan de hacer ver que no es una relación perdurable", dice Ifland.
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