SANTIAGO.- Qué pensarías si vieras caminando por la calle a una persona con una especie de pan bagel en su frente, cuello, manos, o rostro. Seguramente creerías que se trata de una mala intervención estética, de un golpe, o de alguna infección, pero resulta que es la moda que causa furor en Tokio, donde incluso hay clubes para lucir estas inflamaciones.
De hecho, aluden a que esta actividad está dejando atrás a los tatuajes y a los piercing, ya que este acto es mucho más extremo. Incluso hay algunos exponentes que agregan tubos médicos para que parezca que acaban de salir de una cirugía, ya que la idea es lucir la protuberancia valorando su magnitud y diseño.
Claro que ese estado sólo dura un día, ya que aseguran que la solución que utilizan la absorbe el cuerpo sin mayores riesgos, así que se transforman para visitar locales nocturnos, fotografiarse, y compartir con sus amigos. Sin embargo, esta práctica nada recomendable, puede ser más perjudicial de lo que piensan.
La dermatóloga de Clínica Alemana, Soledad Aspillaga, nos señala que el inyectarse agua salada podría traer como consecuencia una infección, la hiper o hipopigmentación secundaria, o de plano una atrofia de la piel.
“Existen zonas del cuerpo, que al ser más delgadas, podrían tener más riesgo de presentar estas complicaciones, estas son: la cara, el cuello, el escote y las manos. Por otro lado, el agua de mar tiene una concentración de sal mayor que la solución suero, pero eventualmente se podría absorber con algunos riesgos para la salud”, concluye.
Así que ya lo sabes, ni se te ocurra imitarlos, ya que es sumamente antiestético y seguro pasará pronto de moda, dándole paso a otra acción curiosa que esperamos sea más beneficiosa y positiva que esta.
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