Dos primeros ministros laboristas, Tony Blair y Gordon Brown, son las grandes ausencias de la lista de invitados a la boda que hoy se celebrará entre el príncipe Guillermo y Kate Middleton.
Políticos de todo el arco parlamentario manifestaron su sorpresa por la decisión de excluir a ambos de la lista dado que sí están en ella sus dos predecesores conservadores: Margaret Thatcher y John Major, además del también conservador actual primer ministro, David Cameron.
Sorprende la ausencia de los dos políticos laboristas cuando se ha invitado en cambio a figuras del deporte y el espectáculo como el futbolista David Beckham, el músico Elton John o el ex marido de Madonna y director de cine Guy Ritchie.
Políticos de todo el arco parlamentario manifestaron su sorpresa por la decisión de excluir a ambos de la lista dado que sí están en ella sus dos predecesores conservadores: Margaret Thatcher y John Major, además del también conservador actual primer ministro, David Cameron.
Sorprende la ausencia de los dos políticos laboristas cuando se ha invitado en cambio a figuras del deporte y el espectáculo como el futbolista David Beckham, el músico Elton John o el ex marido de Madonna y director de cine Guy Ritchie.
Fuentes laboristas citadas por el diario Daily Mail acusan a la Familia Real de una ofensa "gratuita" por esa exclusión y señalaron que el Gobierno actual debería haber advertido a Palacio de la controversia política que podría suscitar ese hecho.
En 1981, todos los jefes de Gobierno supervivientes, tanto conservadores como laboristas -Harold Macmillan, Alex Douglas Home, Edward Heath y James Callaghan- fueron invitados a la boda del príncipe Carlos y Diana Spencer.
Fuentes del palacio de Buckingham explicaron al Daily Mail que la boda del príncipe Guillermo no es un acontecimiento estatal en el pleno sentido de la palabra, por lo que no había motivo suficiente para invitar a todos los ex jefes de gobierno.
Y agregaron que si se invitó a Margaret Thatcher, que no podrá asistir por su frágil estado de salud, y a su sucesor John Major es porque ambos son caballeros de la Orden de la Jarretera, título honorífico que no tienen los dos exprimer ministro laboristas.
El portavoz de justicia laborista y ex secretario de Estado para Europa, Chris Bryant, criticó al actual primer ministro por no haber insistido ante palacio en que se invitase a ambos exjefes de gobierno, les gustasen o no.
"No creo que sea un problema constitucional, pero sí que demuestra insensibilidad. Parece suscitar muchos interrogantes", comentó el también laborista Graham Allen, presidente del comité de reforma constitucional de los Comunes.
Otro ex secretario de Estado para Europa, el laborista Denis Macshane, anunció que preguntará oficialmente en el Parlamento qué grado de participación tuvo el Gobierno en la aprobación de la lista de invitados.
Por el contrario, la diputada conservadora Eleanor Laing calificó de "perfectamente razonable" la exclusión de Blair y Brown porque "hay algo especial en el hecho de ser caballeros de la Orden de la Jarretera (caso de Thatcher y Major) por lo que respecta a la familia real, así que no es sorprendente".
Para la profesora Rebecca Probert, de la Facultad de Derecho de la Universidad de Warwick, "la boda de Carlos y Diana fue muy inusual por el hecho de que se celebrase en (la catedral de) San Pablo, en lugar de en la abadía de Westminster, que tiene menor capacidad".
"Y el príncipe de Gales era y sigue siendo el heredero directo del trono mientras que Guillermo es el segundo en la línea de sucesión, lo que justifica un enfoque diferente", explica Probert al "Daily Mail".
En 1981, todos los jefes de Gobierno supervivientes, tanto conservadores como laboristas -Harold Macmillan, Alex Douglas Home, Edward Heath y James Callaghan- fueron invitados a la boda del príncipe Carlos y Diana Spencer.
Fuentes del palacio de Buckingham explicaron al Daily Mail que la boda del príncipe Guillermo no es un acontecimiento estatal en el pleno sentido de la palabra, por lo que no había motivo suficiente para invitar a todos los ex jefes de gobierno.
Y agregaron que si se invitó a Margaret Thatcher, que no podrá asistir por su frágil estado de salud, y a su sucesor John Major es porque ambos son caballeros de la Orden de la Jarretera, título honorífico que no tienen los dos exprimer ministro laboristas.
El portavoz de justicia laborista y ex secretario de Estado para Europa, Chris Bryant, criticó al actual primer ministro por no haber insistido ante palacio en que se invitase a ambos exjefes de gobierno, les gustasen o no.
"No creo que sea un problema constitucional, pero sí que demuestra insensibilidad. Parece suscitar muchos interrogantes", comentó el también laborista Graham Allen, presidente del comité de reforma constitucional de los Comunes.
Otro ex secretario de Estado para Europa, el laborista Denis Macshane, anunció que preguntará oficialmente en el Parlamento qué grado de participación tuvo el Gobierno en la aprobación de la lista de invitados.
Por el contrario, la diputada conservadora Eleanor Laing calificó de "perfectamente razonable" la exclusión de Blair y Brown porque "hay algo especial en el hecho de ser caballeros de la Orden de la Jarretera (caso de Thatcher y Major) por lo que respecta a la familia real, así que no es sorprendente".
Para la profesora Rebecca Probert, de la Facultad de Derecho de la Universidad de Warwick, "la boda de Carlos y Diana fue muy inusual por el hecho de que se celebrase en (la catedral de) San Pablo, en lugar de en la abadía de Westminster, que tiene menor capacidad".
"Y el príncipe de Gales era y sigue siendo el heredero directo del trono mientras que Guillermo es el segundo en la línea de sucesión, lo que justifica un enfoque diferente", explica Probert al "Daily Mail".
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