Seis meses en cama y dos intentos de suicidio vivió Rosario Aguirre, después de terminar la relación de 3 años con su pareja. Angustiada, sin amigos y lejos de sus padres, la ingeniera comercial de 32 años perdió todo contacto con la realidad cuando su novio decidió abandonarla.
“Siempre tenía miedo que me dejara, que compartiera con otras mujeres o que se aburriera de mi. Sólo sentía que estaba feliz cuando estábamos juntos y me aburría cualquier otro panorama. Dejé de llamar a mis amigos e incluso reduje mi carga laboral para poder estar en la casa antes que él llegara, entonces cuando terminamos sentí que había muerto”, confiesa Rosario.
El problema es que la profesional era una adicta al amor. Un síndrome oscuro, con características tóxicas que transforman las relaciones de pareja en duplas egoístas, dependientes y agobiante para ambas partes según el psicólogo de la Universidad Autónoma, Eduardo Acuña.
“Un amor adictivo se caracteriza por la presencia de una serie de signos y síntomas ante la ausencia o discontinuidad del proceso de enamoramiento. Se generan los mismos síntomas que un adicto a drogas o al alcohol”, asegura Acuña.
Incluso, los enfermos de amor pueden llegar a soportar hasta el abuso físico y psicológico por parte del otro según el experto, un típico síntoma de la violencia doméstica que puede terminar en femicidio. “La tendencia es a justificar dichas agresiones envolviendo a su enamorado con un manto idealizador que amerita la entrega sin límites ni condiciones”, cuenta el especialista.
El patrón adictivo a las relaciones de pareja también presenta síntomas de recaída, al igual que en las drogas, un adicto al amor en abstinencia por un largo tiempo puede volver a consumir. Lo que en este caso se traduciría en la búsqueda frenética de una nueva persona a quien amar, con una fuerte carga erótica de por medio que terminaría llevando al encuentro sexual con y sin amor, sentencia el sicólogo.
“La adicción al amor estaría jugando en dirección opuesta, toda vez que, en presencia del fenómeno adictivo se anulan factores claves de las relaciones amorosas como son la reciprocidad, el complemento y la orientación a la creación”, detalla Acuña.
AUTOESTIMA Y APEGO
¿Cuál es el origen entonces de esta adicción romántica?¿Existe alguna cura para no morir de amor?.
Según Rosario Acuña, quien hoy está en terapia sicológica para superar su problema, la gran solución se centra en la autoestima de cada persona y en su caso, poder llegar a quererse a si misma la ayudó a tener relaciones más sanas.
Para el especialista Eduardo Acuña el problema tiene más relación con las hormonas producidas por el cuerpo y la sensibilidad a ellas de cada ser humano. “Se ha descubierto que hay zonas específicas del cerebro (como el hipotálamo) y sustancias químicas específicas (como la dopamina, feniletilamina) que actúan de manera determinante, y que se caracterizan por generar una sensación de profundo bienestar y placer”, asegura Acuña.
Sensaciones que en cierto tipo de personas generarían adicciones, impidiéndole disfrutar de una buena relación amorosa. Factores biológicos responsables del goce del amor, que según Acuña estarían estrechamente vinculados con el placer que produce consumir determinadas sustancias como el alcohol, la marihuana o la cocaína, y también con los malestares provocados por la ausencia de estas.
Adicción al amor que puede prevenirse o por lo menos bajar en intensidad, si en la infancia se crean espacios relacionales significativos con otras personas, o se potencian experiencias como el apego materno la nacer. Instancias que según el psicólogo de la Universidad Autónoma, podrían prevenir esta enfermedad.
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