La explosión fue escuchada a las 6:10 hora local (2110 GMT del lunes) en el reactor número dos de la central nuclear Fukushima I. Posteriormente, un nuevo incendio comenzó en el reactor número cuatro, provocando una mayor radiación cerca del complejo. El primer ministro japonés, Naoto Kan, advirtió de más fugas de radiación, por lo que pidió a la gente que habita en un radio de 30 kilómetros que permanecieran en sus casas.
La Compañía de Energía Eléctrica de Tokio, propietaria y operadora del complejo en Fukushima, dijo que está evacuando a todo su personal, con excepción de aquellos que trabajan en la enfriación del reactor, lo cual indica un deterioro de la situación.
Los últimos estallidos ocurrieron después de las explosiones anteriores en los reactores número 1 y 3, las cuales fueron provocadas por el fuerte sismo y el posterior tsunami del viernes.
La Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial de Japón informó que la radiación se redujo hasta 882 microsievert, después de haber aumentado hasta 965,5 microsievert, ambos sumamente por encima del límite de 500.
La Agencia también señaló que la vasija de contención del reactor número 2 podría estar dañada. Antes de la explosión, los trabajadores habían reanudado la inyección de agua de mar en el reactor, a fin de enfriarlo, ya que la válvula de vapor del contenedor de presión fue abierta.
La central nuclear de Fukushima cerró de forma automática durante el fuerte sismo del viernes, pero sus sistemas de refrigeración dejaron de funcionar, provocando temores por una posible fuga radiactiva e incluso la fusión de un reactor.
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