Don Julián Santa Ana Berrera comenzó a “coleccionar” muñecas hace 52 años y a colgarlas en su chinampa (huerto flotante en una laguna). Las recogía en el pueblo con su carretilla o las rescataba del canal, cuando bajaban por sus aguas.
Se dice que la obsesión de don Julián con estas muñecas comenzó en el momento en el que el cadáver ahogado de una joven apareció enredado entre lirios frente a su terreno.
El área, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se encuentra en Xochimilco (México) y se ha convertido en un lugar muy frecuentado por turistas de todas partes.
Don Julián relataba angustiado que desde que aquella chica se ahogó se escuchaban voces, pasos y lamentos de mujer por la zona así que, acongojado, busco protección ante el espíritu: rodear su chinampa de muñecas. De distintos tamaños, tipos, de ojos grandes o de cuerpos pequeños. Todas dispuestas a protegerlo. Colocó alambre a lo largo y en las orillas de la chinampa y ahí las iba colgando: de la mano, de un pie, de donde se pudiera. Pero siempre vigilantes.
Tenía una preferida a la que llamó La Moneca y por todas las chozas que tenía, pasaba la muñeca, ahuyentando a los malos espíritus que le rodeaban.También decía que la sirena del lago le llamaba y tenía miedo …
… sorprendentemente, don Julián falleció a los 86 años en el mismo lugar en el que fue hallado el cuerpo de la desdichada.Según relata Anastasio, su sobrino, la última persona que le vio con vida, el anciano se acercó al lago para pescar, como era de rutina en él, mientras le comentaba que la sirena se lo quería llevar, pero que él le iba a cantar para que no lo hiciera. Anastasio se fue un momento para ver el ganado y cuando regresó ya no pudo hacer nada: don Julián había muerto de un infarto y había caído al canal.
Los lugareños dicen que su muerte no fue natural. Que fueron sus muñecas las que acabaron con su vida.
La zona puede visitarse a cualquier hora del día pero las gentes del lugar afirman que es mucho mejor hacerlo durante las noches de luna llena, momento en el cual las muñecas de don Julián parecen cobrar vida propia escupiendo pequeños animales por sus boquitas entreabiertas.
Quién sabe qué fue lo que realmente sucedió aquél día.
O si estas pequeñas muñecas siguen arrullando y calmando la miedos de don Julián en las noches oscuras…
El área, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se encuentra en Xochimilco (México) y se ha convertido en un lugar muy frecuentado por turistas de todas partes.
Don Julián relataba angustiado que desde que aquella chica se ahogó se escuchaban voces, pasos y lamentos de mujer por la zona así que, acongojado, busco protección ante el espíritu: rodear su chinampa de muñecas. De distintos tamaños, tipos, de ojos grandes o de cuerpos pequeños. Todas dispuestas a protegerlo. Colocó alambre a lo largo y en las orillas de la chinampa y ahí las iba colgando: de la mano, de un pie, de donde se pudiera. Pero siempre vigilantes.
Tenía una preferida a la que llamó La Moneca y por todas las chozas que tenía, pasaba la muñeca, ahuyentando a los malos espíritus que le rodeaban.También decía que la sirena del lago le llamaba y tenía miedo …
… sorprendentemente, don Julián falleció a los 86 años en el mismo lugar en el que fue hallado el cuerpo de la desdichada.Según relata Anastasio, su sobrino, la última persona que le vio con vida, el anciano se acercó al lago para pescar, como era de rutina en él, mientras le comentaba que la sirena se lo quería llevar, pero que él le iba a cantar para que no lo hiciera. Anastasio se fue un momento para ver el ganado y cuando regresó ya no pudo hacer nada: don Julián había muerto de un infarto y había caído al canal.
Los lugareños dicen que su muerte no fue natural. Que fueron sus muñecas las que acabaron con su vida.
La zona puede visitarse a cualquier hora del día pero las gentes del lugar afirman que es mucho mejor hacerlo durante las noches de luna llena, momento en el cual las muñecas de don Julián parecen cobrar vida propia escupiendo pequeños animales por sus boquitas entreabiertas.
Quién sabe qué fue lo que realmente sucedió aquél día.
O si estas pequeñas muñecas siguen arrullando y calmando la miedos de don Julián en las noches oscuras…
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