jueves, junio 16, 2011

Miles de pasajeros atrapados en Nueva Zelandia por ceniza de cordón Caulle

Miles de pasajeros se quedaron atrapados hoy en aeropuertos de Nueva Zelandia por la nube de ceniza del volcán chileno Puyehue-Cordón Caulle, aunque los vuelos empiezan a normalizarse en la vecina Australia.

La aerolínea Air New Zealand canceló todos sus vuelos en las ciudades de Christchurch, Dunedin y Invercargill en la Isla Sur, mientras todos los servicios internacionales han sido retrasados, informó la cadena de televisión TVNZ.

Se trata de la primera jornada de cancelaciones de la compañía, cuyos aviones estaban volando por debajo o alrededor de la nube de ceniza desde su aparición en el espacio aéreo de Oceanía el domingo pasado.
El responsable de operaciones y seguridad de Air New Zealand, David Morgan, manifestó que "se han cancelado varios servicios hoy por la mañana debido a la nube ha descendido" y ya no es seguro volar a menor altura.






Según los meteorólogos neozelandeses, la ceniza se encuentra ahora a una altura de más de 3 kilómetros y cubre parte de la costa este de la Isla Sur.

Las aerolíneas Qantas y su subsidiaria Jetstar, así como Pacific Blue, mantienen la suspensión de los vuelos entre Australia y Nueva Zelandia.

Virgin y Qantas anunciaron que reanudarán hoy sus servicios a lo largo de la jornada en Australia.

Sin embargo un vuelo de Aerolíneas Argentinas a Buenos Aires vía Auckland y dos servicios de la compañía Lan a la capital argentina y Santiago de Chile vía Sídney fueron cancelados.

El complejo volcánico chileno Puyehue-Cordón Caulle, a más de 9.000 kilómetros de Nueva Zelandia, entró en erupción el 4 de junio y creó una nube de ceniza que atravesó Argentina, Brasil y Sudáfrica antes de llegar a Australia y Nueva Zelandia.


Miles de kilómetros hacia el Este ha recorrido la pluma de cenizas emanada desde el complejo volcánico Puyehue- Cordón Caulle, en la Región de Los Ríos.
La nube estaba, ayer en la tarde, al sur de Isla de Pascua, luego de atravesar cielo neozelandés y seguir su rumbo por el Océano Pacífico.
Así lo confirmó el secretario general de la Dirección de Aeronáutica Civil (DGAC), Pablo Ortega, quien sostuvo a La Tercera que, a través de los centros de monitoreo vulcanológico ubicados en Wellington (Nueva Zelandia) y Buenos Aires (Argentina), "se indica que la pluma ya está a la altura de Rapa Nui y nos estaría 'golpeando por la espalda el sábado'". Es decir, volvería a territorio chileno continental, ingresando por la Región de Aysén.
La pluma avanza a una velocidad promedio de 100 kilómetros por hora, dependiendo de la velocidad del viento.


A raíz de los peligros que reviste la nube (compuesta principalmente por sílice, CO2 y otros minerales) para la aeronavegación, varias aerolíneas volvieron a suspender ayer sus vuelos desde Chile hacia Argentina, Uruguay y Australia. Hacia el país vecino, Lan canceló las operaciones a Buenos Aires y Córdoba. También Aerolíneas Argentinas y Sky Airlines suspendieron sus vuelos a la capital argentina. En esa misma línea no hubo viajes hacia Montevideo (Uruguay) y Sydney (Australia).
"El material de la nube provoca daños en la turbina de los aviones entre los 27 mil y los 38 mil pies de altura, donde viajan los aviones de transporte pesado", dijo Ortega. Agregó que "si un avión se topara con el sector más denso de la nube, se quedaría sin motor", y que la DGAC envía información al respecto cada seis horas al sistema aeronáutico mundial. "Constantemente se hace lo mismo en territorio chileno", añadió.
De acuerdo con un estudio realizado por la Universidad Católica, "la pluma tiene una forma de 'v' invertida... generando varias consecuencias a su paso. En el tráfico aéreo, por ejemplo, esta pluma trae consigo no sólo gases, sino también partículas sólidas en suspensión, que pueden entrar en las turbinas de los aviones, causando fatídicas consecuencias".
Monitoreo
Si bien ayer no hubo cambios significativos en la actividad del Cordón Caulle, el monitoreo es constante. Con siete equipos, el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) vigila el comportamiento sísmico, gasífero, geológico y vulcanológico de los macizos eruptivos de la zona.
"No podemos descartar ni asegurar que pueda venir otro evento importante, de las mismas características", sostuvo Enrique Valdivieso, director del Sernageomin.
Agregó que "no se sabe cuándo va a parar de ser peligroso este sector. Lo que sí podemos hacer es que, si va a venir otro evento importante, eso lo podemos anticipar".
Según informó, de los 240 sismos por hora que se producían en el lugar el 4 de junio, hasta ayer había un promedio de 10 cada 60 minutos.

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