Al menos diez personas murieron tras la explosión de una bomba oculta en una motocicleta en el distrito de Imam Sahib en la provincia de Kunduz, en el norte de Afganistán, mientras seis supuestos talibanes murieron al intentar atacar una base de la OTAN en el este del país.
La bomba que estalló en Kunduz fue detonada por control remoto. Entre las víctimas mortales hay tres niños, según informó un el Ministerio de Interior afgano. Además, otras 18 personas resultaron heridas en el ataque.
Ningún grupo insurgente asumió inmediatamente la autoría del atentado pero se cree que podría ser obra de insurgentes talibanes.
Por otro lado, seis rebeldes talibanes atacaron hoy una base de la OTAN en el aeropuerto de Jalalabad, cerca de la capital provincial de Nangarhar, según informaron las fuerzas internacionales en un comunicado.
En el ataque murieron todos los insurgentes, según la información militar. Un portavoz del gobierno provincial aseguró que dos de los insurgentes era atacantes suicidas que fueron abatidos antes de que pudieran detonar su carga explosiva.
El portavoz talibán Zabiullah Mujahid, aseguró en conversación telefónica que en el asalto participaron 14 insurgentes, que provocaron la muerte de docenas de efectivos internacionales y afganos. Las informaciones de los rebeldes sobre el número de víctimas en este tipo ataques suelen ser exageradas y poco fiables.
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