martes, noviembre 29, 2011

Fotografían desde el aire a tribu amenazada en la Amazonia

Casi indistinguible en medio del verde de la selva, un pequeño semicírculo de chozas captado desde el aire reveló esta semana la existencia, avanzado ya el siglo 21, de una pequeña tribu que aún no habría sido contactada por el mundo moderno.


Las imágenes corresponderían a una pequeña comunidad yanomami que se encuentra aislada -o bien, desde otro punto de vista, protegida- en la Amazonia brasileña.

Fue un yanomami "occidentalizado", Morsamiel Iramari, quien obtuvo las fotos al sobrevolar una remota área del estado de Roraima. A partir de ellas, la asociación de protección indígena Hutukara Yanomami calcula que el minúsculo enclave humano en la selva acoge a unas 38 personas.

"Ese número se deduce del tamaño de las 'malocas' (chozas colectivas)", explica Aiton da Silva, coordinador de la entidad. "Los ancianos dicen que se trataría de indios waripé (un subgrupo de los yanomamis) que se refugiaron en lo más profundo de la selva cuando se abrió la ruta transamazónica en los años 70", señala 

"Espíritus" de la selva

La pista de la existencia de estos grupos aislados surgió del testimonio de miembros de tribus que mantienen contacto con los blancos. Relataban que al ir a cazar a la foresta fueron emboscados varias veces con flechas que salían desde las sombras.

"Al comienzo estaban persuadidos de que espíritus agresivos de la selva los atacaban", subraya da Silva. Luego sospecharon que los ataques eran realizados por "hermanos" suyos situados muy dentro del bosque tropical.

Las imágenes fueron difundidas mundialmente por la ONG Survival International -que está asociada con Hutukara Yanomami- con el fin de advertir sobre las trágicas consecuencias humanas y ambientales que tiene la acción de buscadores de oro clandestinos en la selva brasileña.

El territorio yanomami, situado entre los estados de Amazonas y Roraima, al norte de Brasil y cerca de la frontera con Venezuela, fue creado oficialmente en 1992. Hoy es considerado el mayor territorio forestal indígena del mundo.

Fueron precisamente las terribles consecuencias que tuvo el contacto entre yanomamis y buscadores de oro lo que impulsó la creación de esta área protegida.

No obstante, su seguridad todavía se encuentra en riesgo por un fenómeno global: la crisis económica ha elevado el precio del oro, lo que fomenta la ávida búsqueda de nuevos yacimientos en tierras inexploradas.

"Estas nuevas fotos evidencian a qué punto la protección del territorio yanomami ha sido importante para protegerse de los buscadores de oro que han devastado este pueblo en los años '80", subrayó Stephen Corry, director de Surviva.

Añade que observadores han detectado la presencia de campamentos ilegales a sólo 15 km de asentamientos yanomami aislados.

El negativo impacto minero incluye la transmisión de enfermedades que dejan indefensos a los indígenas y el envenenamiento de sus fuentes de agua con mercurio, usado para amalgamar y extraer el metal precioso.

La afluencia de buscadores ilegales obligó al gobierno brasileño a desplegar al menos 800 militares y policías en la zona para ahuyentarlos.

"Unos 50 fueron expulsados hasta el momento, pero se esconden en la selva", explica Aiton da Silva, quien pide a las autoridades que busque cortar el financiamiento que está detrás de estas actividades mineras clandestinas.

Según la Fundación Nacional del Indio (Funai) de Brasil, hoy sobreviven en ese país 77 tribus indígenas aisladas, diseminadas en los estados amazónicos de Acre, Amazonas, Mato Grosso, Roraima, Rondonia y Maranhao. Ellas corresponderían al menos al 50% del total de las comunidades sin contacto con el exterior que todavía existen en el planeta, según datos de Surviva.

Sólo una treintena de ellos han sido avistadas.

La población indígena representa menos de 1% de los 190 millones de habitantes de Brasil y ocupa 12% del territorio brasileño, la mayoría en Amazonia.
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