jueves, marzo 17, 2011

180 operarios están sometidos a radiación letal mientras intentan refrigerar la planta


En principio se los conoció como los "50 de Fukushima". Ahora son 180, después de que Tepco, la compañía que administra esa central nuclear japonesa, decidiera reforzar el personal que intenta refrigerar los reactores afectados por el terremoto. Luchan contrarreloj. En ellos está depositada la última oportunidad que tiene el país para evitar una catástrofe nuclear de mayores proporciones. Ya son considerados los "héroes" de Fukushima y quizás, las primeras víctimas.
"Tienen que tener la determinación de resolverlo", dijo el primer ministro nipón, Naoto Kan, elogiando los esfuerzos y el coraje de sus compatriotas que están en la planta nuclear. "Los trabajadores de Tepco y las empresas implicadas están trabajando para echar agua, esforzándose al máximo en estos momentos, sin pensar dos veces en el peligro'', agregó.
Enfrentando niveles de radiación que EE.UU. calificó como "letales" para los trabajadores, además de explosiones, fuego y vapor, estos ingenieros, técnicos, bomberos y operarios gatean, de acuerdo con medios locales, por el laberinto de la instalación dañada. A muy poca distancia están las barras de combustible de un total de seis bloques, cuyos núcleos corren el riesgo de fusionarse o ya se han fusionado parcialmente.
Cerca del núcleo puede haber unos 2.000 °C de temperatura. Los trajes aislantes que llevan les permiten acercarse a cinco o seis metros. Según la cadena ABC News, los operarios trabajan en turnos de 50 para reducir la exposición individual, de ahí el nombre de los "50 de Fukushima". Los empleados de Tepco llevan máscaras para respirar. Algunos incluso llevan sobre su espalda tanques de oxígeno. Sus trajes de protección y gorros especiales repelen las partículas radiactivas, aunque no la radiación invisible. De hecho, 11 quedaron heridos tras una explosión de hidrógeno en el bloque 3.
El profesor de epidemiología de la Universidad de Carolina del Norte, David Richardson, quien ha estudiado los riesgos que enfrenta la salud de los empleados de plantas nucleares en el largo plazo, afirma que los técnicos de Fukushima están expuestos a radiación gamma, capaz de penetrar el cuerpo como lo hacen los rayos X.
A juicio del experto, las dosis de radiación recibidas en una hora podrían ser más altas que las que reciben, en general, los trabajadores estadounidenses en el curso de toda su carrera. "En mi opinión, después de ser expuestos a semejante nivel de radiación, no hay forma de proteger a alguien de los riesgos subsecuentes de desarrollar cáncer", dijo Richardson.
El riesgo es aún mayor luego de que el ministro de Salud de Japón, Ritsuo Hosokawa, informara que se elevaría el límite legal de exposición a la radiación de los trabajadores de 100 a 250 milisievert, con el fin de que puedan quedarse más tiempo en la planta. Según el diario The New York Times, esa cantidad es cinco veces mayor que el máximo permitido para los empleados de las centrales nucleares en EE.UU. A juicio del analista de la BBC Aidan Lewis, "es probable que los técnicos nucleares que se han retirado o están basados en otras partes del país sean llamados si la crisis se intensifica".
Otros, en cambio, ya lo hacen como voluntarios. Es el caso de un hombre de la prefectura de Shimane, situada a cientos de kilómetros de Fukushima, quien pese a que se jubilará en septiembre, se sumó a las operaciones. "En este momento está cambiando la historia de la energía nuclear, justo cuando estoy a punto de retirarme de la profesión", dijo el empleado de 59 años de un grupo eléctrico, de acuerdo con la agencia de noticias Jiji.
"La gente que trabaja en estas plantas está luchando sin huir", escribió Michiko Otsuki, un empleado de la planta Fukushima 2, en la red social japonesa Mixi.

El hombre que descontaminó Chernobyl

A las críticas contra las autoridades japonesas por el manejo frente al incidente nuclear de Fukushima, se sumó ayer la opinión de alguien que sabe de este tipo de tragedias. Yuli Andreev, el responsable de descontaminar la central de Chernobyl entre 1986 y 1991, dijo que la crisis en la planta nipona demuestra que "no se ha aprendido de los errores" del accidente en la antigua Unión Soviética.
En entrevista con EFE, Andreev afirmó que dejar en manos de los operarios de una compañía privada (Tepco) una situación crítica como la de Fukushima es una temeridad. "Los operarios nucleares no están preparados para solventar una emergencia de estas características. Es necesario crear un grupo internacional especializado en este tipo de situaciones para aprender de otros desastres, como Three Mile Island (EE.UU.) o Chernobyl", explicó.
Sobre el futuro de Fukushima, cree que el escenario más probable es que se produzca algún tipo de fuga radiactiva "no muy poderosa", pero sí prolongada en el tiempo, durante días o semanas, hasta que se estabilice la situación. A su juicio, no se llegará a una fusión o reacción en cadena.

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