SANTIAGO.- El sábado 27 de febrero del 2010 se debía disputar la séptima fecha del Torneo Nacional. Sin embargo, tras el terremoto que afectó a gran parte del país, se decidió suspender toda actividad futbolística por un plazo de dos semanas.
Pero para Universidad de Concepción, Huachipato y Ñublense en Primera A y Deportes Concepción, Curicó y Rangers en Primera B, la realidad sería otra, debido al gran grado de destrucción de las instalaciones deportivas, y sobre todo, por lo damnificado que resultaron la mayoría de los jugadores. Cinco futbolistas que vivieron por dentro esta catástrofe relataron a Emol sus historias.
Pero para Universidad de Concepción, Huachipato y Ñublense en Primera A y Deportes Concepción, Curicó y Rangers en Primera B, la realidad sería otra, debido al gran grado de destrucción de las instalaciones deportivas, y sobre todo, por lo damnificado que resultaron la mayoría de los jugadores. Cinco futbolistas que vivieron por dentro esta catástrofe relataron a Emol sus historias.
Historias del 27/F
¿Donde está Michael Lepe?El caso de Michael Lepe es el más simbólico dentro los jugadores que se vieron afectados por el terremoto. Su nombre se hizo conocido, tanto en Chile como en el extranjero porque durante dos semanas estuvo incomunicado y nadie sabía nada de él. El volante de Universidad de Concepción vivía junto a su pareja, embarazada de dos meses, en un edificio que debió ser deshabitado por peligro de derrumbe. "Apenas pasó el terremoto salimos con ella rumbo a Tumbes (caleta porteña de la región del Bío Bío) donde viven nuestras familias. Cuando íbamos en camino nos informan que Tumbes desapareció completamente, nos queríamos morir". Afortunadamente no era tan trágico el panorama y decidieron quedarse junto a sus familias en el cerro. "Estuvimos como 2 semanas allá arriba y no tenía teléfono ni señal. Nadie sabía de mí hasta que un amigo me cargó el celular y me comuniqué con mis compañeros y el cuerpo técnico. Empezó a salir en las noticias que estaba perdido que lo último que sabían era que me había ido a Caleta Tumbes y supe que me andaban buscando". Lepe relató que "finalmente pude comunicarme con la dirigencia y viajar a Santiago donde estaba todo el plantel. Estaban todos preocupados por mí, ya que era el único que faltaba. Y afortunadamente a mi hijo no le pasó nada, aunque mi pareja tuvo principios de pérdida debido a que nos llovió y estábamos sin comida". | ||
Claudio Muñoz y su baño con Pato PurificEl defensa Claudio Muñoz era para esa fecha compañero de Lepe en la U. de Concepción e incluso habitaban el mismo edificio. "Vivía en un piso 15 y bajé junto a mi esposa corriendo a oscuras por las escalera, nos caímos un par de veces y toda la gente se pisaba, era espantoso. Bajé con lo que tenía puesto, a pies descalzos y pisaba todos los vidrios", relata el zaguero. "Recibimos toda la ayuda de Manuel Astorga (preparador físico del club), quien nos recibió en su casa. Allá llegó Fernando Solís, Alejandro Gaete, Pedro Muñoz y nosotros e hicimos un grupo grande que se organizaba para conseguir agua. Los primeros días quedábamos todos azules ya que nos bañábamos con el agua del estanque que estaba lleno de Pato Purific. Incluso hacíamos turnos para vigilar el condominio". Desde Santiago los apoyó con la comunicación con sus familias el ex futbolista Miguel Ramírez ya que "no sé por qué, pero fue con la única persona que nos podíamos comunicar en la capital. Nos ayudó muchísimo porque les llevó calma a nuestros parientes que no sabían nada de nosotros". "Logramos organizarnos y conseguimos llenar dos autos con bencina y nos fuimos a Santiago en caravana con nuestros compañeros. Fue una experiencia muy dura pero el compañerismo nos sacó adelante". | ||
El capitán hizo honor a la jinetaEl ex jugador de Deportes Concepción, Patricio Almendra, sufrió graves daños materiales en su hogar: fisuras en las paredes, se cayeron los cercos que cerraban su condominio y la muralla de su casa. Sin embargo, el entonces capitán lila hizo honor a su jineta y acogió a sus compañeros que estaban más afectados. "En mi hogar vivieron Luis de Agustini (arquero uruguayo) y Nasa (volante brasileño), ya que no se sentían seguros porque vivían en un piso 17 y tenían mucho miedo. Estuvieron con nosotros cerca de dos meses". El SIFUP e Iván Zamorano organizaron una campaña en Santiago y enviaron ayuda a todos los futbolistas de la región del Bío Bío e incluso también a los retirados, que consistía en comida y ropa. "Yo fui el encargado de distribuirlos en toda la región y fue gratificante poder entregar esa ayuda a todos mis colegas. A nosotros también nos apoyó mucho el club". Almendra piensa que el trauma que se vivió en la zona los perjudicó en el rendimiento del equipo. "Costó volver, aunque había un plantel para pelear el ascenso, influyó mucho porque dejamos de entrenar más de un mes, y cuando lo hacíamos, salíamos arrancando por las réplicas". | ||
El "Tigre" que vivió en una carpaEl portero argentino de Huachipato, Cristián Muñoz, vivía en un edificio nuevo ubicado en la comuna de San Pedro de la Paz y pasó el terremoto junto a su familia. "Es un recuerdo no grato, sufrimos mucho. Tuvimos que vivir en la calle en una carpa con otros vecinos y no teníamos luz ni agua; pasábamos mucho frío. Teníamos miedo por el caos social que se armó", comenta el arquero quien asegura que a medida que va pasando el tiempo "uno se va acostumbrando a las réplicas; sabemos que estamos en un país que es propenso a estas cosas". El "Tigre" confiesa que incluso pensó salir del país, ya que "lo único que queríamos era irnos, pero a medida que pasó el tiempo la gente nos tranquilizó y cambiamos de opinión. Además que el club nos apoyó en todo momento y mis compañeros se portaron un 7". Muñoz admite que ahora ya tomaron los recaudos del caso y "tenemos lista una linterna, bidones con agua y el auto siempre cargado con bencina por si hay que arrancar". | ||
El "turco" que tuvo que salir a buscar comida a los pueblos cercanosEl actual delantero de Colo Colo, Daúd Gazale, jugó durante la temporada 2010 a préstamo en Huachipato y sufrió el terremoto en su casa ubicada en el exclusivo sector de Andalué. "Yo dormía en un primer piso y todos arriba, y cuando empieza a temblar, despierto y dije 'es un temblor nomás'. Cuando vi que no pasaba fui a ver a mi familia y nos pusimos abajo de las puertas. Afortunadamente la casa se portó bien, pero afuera parecía una película, la gente corría gritando y no se veía nada". Gazale se subió a su auto y durante los días posteriores partió a los pueblos colindantes a buscar comida y agua para su familia. "Gracias a Dios no se nos cortó el gas y pudimos hacer pan, pero estuvimos totalmente incomunicados durante 4 días, sin luz ni poder llamar por celular". El escenario para el futbolista era preocupante debido a que "estábamos justo a fin de mes y mucha gente no tenía plata ni qué comer. Parecía una guerra civil porque estaban los puentes caídos y todos corrían". |
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