La final del 20 de abril ya tiene destino, es nada más y nada menos que el estadio Mestalla, de Valencia. Ayer, los presidentes de Real Madrid y el Barça se reunieron en la sede de la LFP (Liga Nacional de Fútbol Profesional) y ambos estuvieron de acuerdo en que el escenario idóneo para acoger el clásico tan esperado sería el estadio valenciano, pues las contraindicaciones de la candidatura de Mestalla son mínimas, y Valencia está en medio de ambas ciudades, específicamente a 350 kilómetros de Madrid y a 352 de Barcelona. Además, tanto para los aficionados blancos como barcelonistas, las rutas son más accesibles.
A última hora "La Cartuja" había presentado su candidatura. Pero no tuvo opciones, pues fue considerada inadecuada ya que está en plena ciudad de Sevilla.
Finalmente, Florentino Pérez y Sandro Rosell sellaron un acuerdo verbal a la espera de lo que decida la Federación Española, institución que ha citado a los dos clubes para una reunión el viernes 11 de febrero, en la que se hará oficial la designación de la sede de Valencia que recibirá, el 20 de abril, la final que los españoles han esperado por 21 años, cuando el Barcelona ganó 2-0 al Madrid y levantó la Copa del Rey.
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