La fecha límite que puso Sergio Jadue el martes fue solo la primera parte. El presidente de la ANFP buscaba cerrar cuanto antes el tema de la continuidad de Marcelo Bielsa al mando de la selección chilena y para ello creyó necesario ponerle un plazo al rosarino para que entregara su respuesta.
Sin embargo, el ex presidente de La Calera no contaba con la respuesta de Bielsa: una carta que finalmente nunca se escribió ni menos llegó a las oficinas de la ANFP con las intenciones del entrenador argentino. Eso hizo analizar a su círculo más cercano dos líneas de acción para lograr una salida al asunto.
La primera consistía en salir a criticar la demora con la que ha actuado Bielsa y tratar de presionarlo de esa manera a responder. La idea de sellar cuanto antes el asunto de manera drástica fue la que se mantuvo durante casi todo el día, aunque finalmente se desechó por su radicalidad.
El segundo curso de acción fue el que finalmente se utilizó, buscando pasar la palabra de manera más suave al rosarino. Al final, lo que hizo Jadue fue ponerle un plazo para que éste renunciara, pero, como no lo hizo en ese periodo, Jadue salió a presionar al decir que el contrato, entonces, se mantenía vigente.
Con esto logró pasarle la responsabilidad y la presión a Bielsa, quien ahora tiene pocas opciones: O seguir en el cargo cumpliendo el contrato que ya está firmado u optar por la renuncia.
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